“La limpieza
energética”: Una necesidad
Aclaración: No
olvidar que la base principal de toda esta Enseñanza es “la Llama en el corazón”. Todos los demás ejercicios, de limpieza y equilibrio de ‘los vehículos’
o ‘envolturas’ y de los chakras son de índole secundaria, (pero no por eso
menos importantes).
Visita los enlaces de "La Llama en el Corazón":
1- "Palabras de Cristo": http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/1-yo-soy-la-antorcha-que-ilumina-todas.html
2- Activación de la Llama: http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/4-activacion-de-la-llama-y-servicio.html
3- Enseñanzas sobre La Llama: http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/6-ensenanzas-sobre-la-llama-de-amor-e.html
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1- "Palabras de Cristo": http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/1-yo-soy-la-antorcha-que-ilumina-todas.html
2- Activación de la Llama: http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/4-activacion-de-la-llama-y-servicio.html
3- Enseñanzas sobre La Llama: http://cristo-mensajes.blogspot.com/2014/12/6-ensenanzas-sobre-la-llama-de-amor-e.html
En
los “Ejercicios de Luz” (https://drive.google.com/file/d/0B062SEIc2ES3Q0hHWlduMzhyX3c/view?usp=sharing), ya se ofrecieron pautas para la armonía
y la limpieza del aura. Aquí se dan nuevas explicaciones y fundamentos de una
técnica simple.
No existe una única técnica de limpieza
energética del campo magnético ó aura, sino muchas maneras de llevarlo a cabo.
Pero para entender qué es una limpieza energética ó del aura, antes deberíamos
interesarnos por saber qué es el aura, y por
saber “qué otras energías” están en nosotros y nos integran, además de
la materia física que compone el cuerpo físico denso que todos conocemos a
simple vista. Esta investigación acerca de qué otros cuerpos (principios)
poseemos además del físico denso, están hoy en día disponibles en muchos libros
sobre metafísica, teosofía, gnosis, etc., conocimientos que son en general los
mismos, con algunas diferencias menores (en las clasificaciones) entre escuela
y escuela.
Veamos brevemente el tema. Sabemos del cuerpo
físico denso que poseemos que está formado por elementos sólidos y líquidos
fundamentalmente. Además del físico, y siguiendo a éste en escala de densidad
(de lo denso a lo sutil), poseemos un “cuerpo vital”, compuesto de materia
etérica (invisible a simple vista), que como lo dice la palabra, absorbe la
“vitalidad” del universo en forma de energía (chi, ki o prana), la cual es
procesada dentro de este cuerpo etéreo y se distribuye a todos los órganos y
sistemas del cuerpo físico denso. Una deficiencia en las funciones del cuerpo
vital puede llegar a enfermar al cuerpo físico, porque están estrechamente
relacionados.
Más
sutil que el cuerpo vital es el “cuerpo de deseos” (ó cuerpo emocional). Este “vehículo”
(término que puede reemplazar a “cuerpo”) es el asiento de los deseos y el encargado
de transmitir las sensaciones emocionales, sean estas de miedo, amor, alegría,
odio, tristeza, etc. Cada tipo de emoción es una “energía”, un tipo de
vibración, una clase de frecuencia vibratoria. Las emociones negativas pueden
consumir mucha energía vital del cuerpo etérico antes mencionado y debilitar
así al cuerpo físico, y si estas emociones negativas persisten durante cierto
tiempo, ciertos órganos del cuerpo físico pueden hasta enfermar por esta razón.
Las emociones positivas, en cambio, al ser frecuencias vibratorias armónicas,
no absorben vitalidad quitándosela al cuerpo físico, sino que por el contrario,
transfieren vibraciones elevadas y armónicas al cuerpo físico, llevándolo a la
salud y a larga vida. Cuántas veces hemos escuchado decir que un buen estado de
ánimo influye positivamente sobre ‘las defensas’ del cuerpo, alejando la
enfermedad y otorgando salud…
Además
de los cuerpos físico, el etérico ó vital y el cuerpo emocional, tenemos el
“cuerpo mental”, ó vehículo mental; este es el ámbito energético donde suceden
los pensamientos. En el plano mental los pensamientos son “cosas”, de la misma
manera que en el plano físico existen “cosas” de todo tipo y forma las cuales
podemos percibir con nuestros sentidos físicos (vista, tacto, etc.). Tomar
consciencia de que los pensamientos son “cosas” en su propio plano es necesario
e importante para comprender el tema de la limpieza
energética que nos ocupa.
Más
sutil que el cuerpo mental son otras energías superiores que también poseemos, pero
no nos ocuparemos en clasificar eso en detalle ahora; podríamos generalizar diciendo que son
energías de las regiones ó planos del alma y del espíritu. (Recordemos que cada
escuela tiene sus nombres para designar lo que genéricamente llamamos aquí como
‘alma’ y ‘espíritu’. Además, todo este
tema es más complejo de lo que estamos explicando aquí, ya que existe la mente
inferior (o mente concreta o cerebral) y la mente superior (abstracta), y
también podríamos hablar de alma
humana y de alma divina(1), etc. pero no es necesario entrar en tantos detalles para hablar de la
Limpieza energética, que es el tema que nos interesa).
Sintetizando
entonces. Tenemos un cuerpo físico, un cuerpo vital, un cuerpo emocional y un
cuerpo mental (inferior). Estos 4 vehículos interrelacionados conforman lo que
llamamos “persona” ó personalidad humana. También vimos que poseemos energías más
sutiles, del alma y del espíritu; se suele llamar a estas energías elevadas con
el nombre genérico de “Yo Superior”. Todo este conjunto de “energías” están
interpenetradas unas con otras. Lo visible para el ojo humano corriente es la
forma física, pero quien tenga visión clarividente(2)
puede ver al hombre como una esfera ovoide de energías multicolores, donde el
cuerpo físico se ve como una mediana figura dentro de este ovoide. Las
cualidades vibracionales de los distintos cuerpos de la persona, es decir
etéricas, el tipo de emociones, sentimientos y de pensamientos que tenga el
individuo, las ve el buen clarividente(2) en
este OVOIDE DE ENERGÍA como grados de
luz y color. En una persona con cierto grado de evolución superior, además de
las energías etérica, emocional y mental, también pueden verse energías más
sutiles y refinadas, energías álmicas y
espirituales en el ovoide. A este ovoide se le ha llamado “huevo áurico”, y
también le podemos llamar “campo
magnético”. Todo esto es una breve reseña de un tema que merece mayor
detalle en su estudio, pero basta hasta aquí para tomar consciencia del tema
que nos ocupa: “la necesidad de la
limpieza energética de nuestros cuerpos” (ó ‘envolturas’ ó ‘vehículos’).
Recordamos
que nuestro “huevo áurico” está formado por todas las vibraciones de energías
que generan nuestros cuerpos, cada uno en su propio plano. Pero además existe
una interrelación entre el huevo áurico individual y el ambiente que nos rodea,
también compuesto por energías variadas, por lo tanto el huevo áurico de una
persona promedio es influenciable por las energías que le rodean. Seres más
avanzados espiritualmente pueden tener un campo magnético más fuerte y por lo
tanto menos vulnerable. Y a la inversa de lo dicho, el campo magnético de una
persona influencia al medio ambiente en el cual está con sus emanaciones.
Nuestros cuerpos sutiles, cuyas energías
dimanantes juntas conforman el Huevo áurico, ‘se ensucian’ en la vida diaria,
comparablemente a como se ensucia nuestro cuerpo físico. Así como bañamos
nuestro cuerpo físico con agua y jabón periódicamente para lavarlo y limpiarlo,
de la misma manera es necesario ocuparse también de la limpieza ‘energética’ de
los vehículos ó envolturas sutiles.
¿Qué pasaría si no bañamos nuestro cuerpo
físico durante semanas, meses, ó hasta años…? ¿Impensado, no…? Pues bien,
imaginemos el estado en el que se pueden encontrar nuestros “cuerpos sutiles”
si nunca nos encargamos de limpiarlos… Esta falta de interés en la limpieza
energética de nuestros cuerpos sutiles se debe a que como no podemos verlos así
como vemos a nuestro cuerpo físico, no nos damos plena cuenta del estado en el
que se encuentran.
Ya que no podemos ‘ver’ el estado de
nuestra aura, una de las señales que nos
pueden ayudar a reconocer la necesidad de limpieza energética, es “lo que
sentimos”. El ‘sentirse mal’, de variadas
maneras, muchas veces proviene de la suciedad de nuestro campo magnético
(aura). Pero esta es una indicación general, ya que no todos los individuos
tienen el mismo grado de percepción y capacidad de autoobservación como para
percibir ó darse cuenta del estado de su cuerpo emocional ó mental. Es decir
que ellos mismos no se dan cuenta de cómo están a nivel energético sutil, no lo
ven ni lo sienten… Es necesario un entrenamiento diario en la “atención” para
observar y observarse en ‘cómo nos sentimos’ y en cuáles pueden ser las causas
de ese sentir. Esto requiere de conocimiento, autoobservación y discernimiento.
Hay personas sensibles que pueden percibir
las energías de otra persona con la que se encuentran, ó las energías de un
ambiente. Al entrar, por ejemplo, a una
casa donde suele haber peleas familiares y malestar, pueden percibirlo
sintiendo esas energías en sí mismos, por que las vibraciones astrales y
mentales emanadas por los que viven en la casa están impregnadas en el
ambiente, los objetos, paredes, piso, techo, etc., y estas vibraciones impactan
en el campo magnético del ‘sensitivo’(3) que
entra a la casa. El ‘percibir’ estas energías no implica “ensuciarse”,
es decir infectarse energéticamente, ya que luego de percibir, al irse de la casa, el sensitivo puede recobrar su estado
energético original, propio, y no percibir más aquello, al no estar más en ese
ambiente.
Puede
suceder que las ‘sensaciones’ persistan un poco aún después de haberse retirado
del ambiente afectado, pero al cabo de un rato deberían desaparecer
naturalmente. También puede ocurrir que al retirarse de la casa y recuperar el
estado natural de la propia energía, el sensitivo se ponga en contacto
nuevamente con las energías densas de aquella casa con solo pensar en ello.
Esto ocurre por que en los planos astral
y mental la distancia física no es barrera. Podríamos decir que: “allí donde ponemos el pensamiento, allí estamos”,
como también: “en lo que piensas, te
conviertes”. Pero tan solo con dejar
de pensar en ello, la energía percibida se retira, recuperándose el estado de
energía natural propio. Pero si al irse
de la casa el visitante, sigue sintiendo el malestar, y no se le va, esta puede
ser una señal de que se ha “contagiado” su campo magnético con energías de la
casa que visitó, esto ocurre cuando ciertas energías se adhieren al campo
magnético y no se van fácilmente. Es en este caso que deberá proceder a limpiarse energéticamente, de lo
contrario las energías absorbidas estarán influenciando negativamente en su
sentir, pensar y obrar en la vida diaria. Esto último ocurre muy a menudo en
muchas personas, las cuales son “sensitivas inconscientes”, es decir, que no
saben lo ‘sensible-perceptivas’ que son, y andan por la vida sintiendo y
absorbiendo energías de otras personas y de lugares, sin jamás sospechar que lo
que sienten ‘no les pertenece’, que lo han absorbido, convirtiéndose en ‘suciedades
en su campo magnético’. Esto les ocurre a muchas personas. ¿Podemos ver la
importancia que tiene tomar consciencia de este tema y aprender a limpiarse
energéticamente…?
Hablamos
hasta ahora del “sensitivo”(3) que ha visitado la
citada casa. Veamos ahora qué ocurre con las personas que “viven” en esa misma casa.
Aunque lo quisieran, les sería difícil superar las situaciones discordantes por
que ya el ambiente del hogar está vibrando con una cualidad negativa de
vibración (generada por ellos mismos), lo cual influye en todo momento en
quienes viven en dicha casa. Como vemos, es como “un círculo vicioso”, y si
bien decimos que es ‘difícil’ elevar las vibraciones en un ambiente tan
adverso, ello no es imposible. De gran ayuda será, además de “desear cambiar
para bien”, limpiar el ambiente
energético de la casa, y hay muchas formas de hacer esto, con fe y
persistencia, ya que una casa puede necesitar más de una limpieza energética para
cambiar su vibración.
(Ya
se dieron pautas a este respecto en este blog. Véase: “Ejercicios de Luz”.
1° Parte, en el tema ‘Despejamiento
psíquico de una casa’).
La
tarea principal en cualquier limpieza energética, y por donde hay que empezar, es
por cambiar la vibración en ‘uno mismo’;
esto puede hacerse de muchas maneras y valiéndose de distintas herramientas,
pero esencialmente es la toma de consciencia de la Verdad del Ser, en
forma ‘Presente’, lo que eleva la
vibración en forma segura y más perdurable.
Además
de la toma de conciencia de uno mismo como ‘Luz’ (el Ser) para elevar la vibración,
puede ayudar también si mantenemos limpio energéticamente el hogar donde
vivimos, y si no podemos hacerlo como quisiéramos por que las personas que
conviven con nosotros no creen en estas cosas y se niegan a cooperar, al menos
sí podemos limpiar energéticamente nuestra propia habitación.
Para cambiar la vibración, hay
que centrarse en el YO VERDADERO(4) y comenzar
por vigilar nuestros pensamientos y emociones, no permitiendo que se “disparen”
solos en cualquier momento generando bajas vibraciones. Esta es la tarea básica.
Para
quien recién se inicia en esta ardua tarea, puede parecerle una labor imposible
“controlar” los pensamientos, ya que estos fluyen permanentemente, pero no es
imposible. Controlar no significa aniquilar ó matar los pensamientos. Nuestra
mente pensante está “habituada” a pensar, y
por lo general
este mecanismo repetitivo del
pensar está vinculado a emociones
también mecánicas; es decir que al dispararse una emoción, esto trae
inevitablemente pensamientos asociados a dicha emoción, y a la inversa, a veces
un pensamiento que surge puede atraer también una emoción afín, extraída del
almacén de la memoria. Así funciona habitualmente la persona humana. A esto le
podríamos llamar “el hombre mecánico”,
ó la mente mecánica, ya que actúa por hábito.
La
memoria, el recuerdo y la comparación forman parte de la mente mecánica. El
cambiar esa mecanicidad, es cambiar hábitos de respuesta internos. ¿Cómo
hacerlo? Comencemos por comprender estos temas, conocernos más y mejor, observándonos,
y no permitamos que “los pensamientos
nos actúen”, esto significa que aunque al principio es inevitable que los
pensamientos mecánicos (por lo general negativos) lleguen, sí podemos evitar
que prosigan ó que se conviertan en acción. Esto sí está en nuestras manos.
Luego, con el tiempo, el plano mental y
emocional se limpiará y armonizará de tal forma que la mente dejará de ser
mecánica, estará más lúcida y meditativa, y se convertirá en “canal” para la
afluencia creativa de energías espirituales. Esto último ocurre, en parte, en
individuos que ya vienen transitando el Sendero interior.
En síntesis, las ‘suciedades’ que se
impregnan en nuestros cuerpos sutiles tienen que ver, como estuvimos viendo,
con energías de emociones y pensamientos, principalmente; y estos pueden
provenir de 2 lugares: del interior
de la propia persona, siendo las energías contaminantes de su propia creación, y
del exterior, es decir, de energías
astrales y de pensamiento de otros, así como de ambientes y sitios impregnados
con bajas frecuencias de pensamiento-sentimiento donde uno ha estado. En ambos
casos, tanto si la suciedad proviene del interior como del exterior (ó de
ambos), la limpieza es necesaria.
Una limpieza energética personal debería
efectuarse a diario, como mínimo, sobre todo, teniendo en cuenta que en la vida
diaria nos encontramos en situaciones, en ambientes y con personas que emiten
vibraciones de sentimiento y pensamiento de todo tipo que impactan en nuestras
auras, sin que en el momento lo advirtamos, y el resultado de esto es que
nuestros campos magnéticos terminan afectados, infectados energéticamente. También
será necesario, con cierta periodicidad, limpiar energéticamente el hogar donde
vivimos, y los sitios en los que pasamos gran parte de nuestro tiempo, como
nuestro lugar de trabajo, o el sitio de reunión de algún tipo de actividad
comunitaria… Eso es muy importante porque las suciedades energéticas traban el
libre fluir de la vida y de los buenos planes que podemos tener. Reflexionar un
instante en este tema es necesario para tomar consciencia de la importancia
que tiene crearse el hábito de ejercer la limpieza energética.
Existen
muchas y variadas técnicas que pueden ser útiles y eficaces para efectuar una
limpieza áurica, pero no todas las técnicas limpian de la misma manera y en la
misma profundidad. El estudiante debe experimentar por sí mismo, y emplear las
que considere más apropiadas según su necesidad. Esto requiere por un lado de
práctica, estudio y perseverancia, y por otro lado de autoobservación y
discernimiento.
Una técnica
simple, pero no por simple menos
efectiva, para la limpieza del huevo áurico, es pedir (con las palabras de cada
uno, y según sus creencias) que se limpien nuestros cuerpos y nuestra aura, y
una vez pedido, quedar en meditación de silencio, sin ser molestados, durante
unos 10 minutos. Cuando sentimos que ha finalizado, pedir (en pensamiento) que
las energías liberadas sean elevadas a donde correspondan que estén según la
voluntad y sabiduría divinas (o pidiendo que sean transmutadas o reubicadas
según la Voluntad Suprema).
La razón de permanecer en silencio
interior después de pedir (ó afirmar) por la limpieza, es que la simple “intención” clara pone en
acción a las energías superiores, que son las que descienden para producir la
limpieza energética. Por eso, lo único que hacemos es el pedido o
afirmación consciente, y luego el silencio dando lugar a que ello ocurra, ya que
en ese momento lo que ocurre ya no está en nuestras manos, lo realiza el Yo
Superior (y los ayudantes invisibles). En síntesis, pedimos y esperamos en fe,
y resulta!. Cuanto más se practican
estas limpiezas, más efectivas se vuelven.
El anexar aromas purificadores de
ambientes, como por ejemplo, el tradicional incienso (o sándalo, rosas, etc.)
es muy útil y efectivo; porque ciertos aromas inciden naturalmente en el plano
astral ahuyentando frecuencias bajas. (Los colores, los símbolos y los aromas
contienen una “vibración” acorde a su cualidad).
También existe la posibilidad de pedir ser
limpiados energéticamente durante la noche mientras nuestro cuerpo físico
duerme. Si lo pedimos antes de dormirnos, esto ocurrirá durante la noche.
De la misma forma en la que procedemos
para ser limpiados energéticamente, podemos proceder para evitar ensuciarnos
energéticamente o “infectarnos” de vibraciones indeseables. Si por ejemplo
vamos a asistir a algún sitio del cual sabemos, (por que ya hemos estado allí ó
por que así lo intuimos) que es denso ó bajo energéticamente podemos meditar con la intención de
“protección energética” antes de partir hacia ese lugar; (decir
simplemente: “meditación de limpieza”, y quedar en silencio meditativo unos
minutos). Esto “también funciona”. Pruébelo ud. mismo.
Ser conscientes de estos temas, y tomar la
responsabilidad de mantenernos ‘limpios’ energéticamente, en nuestro campo
magnético, es un beneficio no solo para uno mismo, sino también para nuestro
entorno.
De la misma manera, retransmitir estos
conocimientos, ayudando a conscientizar a otros, es servicio, un bien realizado,
al cubrir necesidades internas poco comprendidas.
Glosario:
1- Alma
humana y alma divina: Para
un estudio más detallado sobre este tema puedes visitar: http://estudios-sobre-el-alma.blogspot.com.ar
2- Clarividente: Es quien posee la facultad de “ver” en los
planos sutiles, es decir más allá del físico, que es donde todos vemos. Existen
muchos tipos de clarividencia: clarividencia etérica, clarividencia astral,
clarividencia mental, etc. dependiendo del plano en el cual el clarividente
puede percibir. Cuando aquí hablamos de “buen clarividente” nos referimos a la
amplia y muy rara facultad de clarividencia que es la que hace posible tener
una visión perceptiva en todos los planos, del etérico al espiritual. Esta
facultad completa podemos decir que casi no existe entre los hombres en el
actual estado evolutivo. Muchas personas tienen apenas algo de esta facultad
despierta y por lo general con dificultad de interpretación de lo que es visto
y del plano en el cual se está viendo.
3- Sensitivo: Empleamos esta palabra para designar a
quienes son muy sensibles a nivel perceptivo, es decir que pueden “sentir”, más
allá de los sentidos físicos, lo que sucede energéticamente en los planos
sutiles. Existen muchos grados de sensibilidad. Un sensitivo puede sentir, por
ejemplo, el estado emocional de otra persona, ó sentir también, además, su
estado de salud, teniendo a esa persona cerca ó tan sólo con pensar en ella la
percibe. Además de percibir las energías astrales y mentales, se puede tener la
refinada sensibilidad de percibir energías superiores, espirituales, de paz y
luz. Un sensitivo atento y entrenado puede llegar a percibir la atmósfera
energética de una ciudad, las diferencias energéticas entre un barrio y otro de
esa ciudad, etc. Ser sensitivo no
implica ser clarividente; el sensitivo no “ve”, “siente”, y el clarividente (a
menos que también sea sensitivo) no siente, solo ve.
4- El
Yo Verdadero: Es el Ser,
el Atman, el Espíritu, La Luz Eterna e inextinguible. Habitualmente el ser
humano emplea la palabra “yo” para designar su cuerpo, sus deseos, sus
emociones, sus pensamientos, sus actividades, etc., pero solo un ser consciente
emplea la palabra YO con consciencia espiritual.
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