(Del libro: “Manual de
Ejercicios Pleyadianos”,
de Amorah Quan Yin)
1º PARTE: “LÍMITES
SALUDABLES”
Temas tratados en esta 1° parte:
1-
Conexión a Tierra.
2-
Sanación y despejamiento
del aura.
a)
Establecimiento de
un aura uniforme.
b)
Lluvia de Luz
Dorada.
c)
Fuego Violeta.
3-
Limpieza
energética de la ruta vertebral.
4-
Despejamiento
psíquico de una casa.
Al actuar los Ejercicios Pleyadianos de Luz en los
cuerpos de energía sutil, despejando emociones y bloqueos antiguos de energía,
así como energías de otras personas que hayas podido absorber, es esencial que
primero conozcas ciertas herramientas psíquicas básicas de cuidado personal.
Te será de ayuda leer los procesos antes de realizarlos. A veces necesitarás
trabajar un proceso unos días, antes de pasar al siguiente. En particular,
después de despejamientos intensos necesitarás un tiempo de asimilación.
La información (aquí
dada) puede resultar familiar a algunos. En este caso hojéalo hasta encontrar
algo nuevo o diferente de lo aprendido hasta ahora. Compara los procesos con
los anteriores para encontrar cuál es mejor para ti. Es importante que seas
capaz de usar las técnicas, o equivalentes, rápida y eficazmente.
Conexión a la tierra
Aunque conexión a la tierra es un término usado con
frecuencia en grupos espirituales y de sanación, significa cosas distintas para
mucha gente. Para algunos puede significar ser conscientes de sentir los pies
en la tierra, o puedes relacionarlo con lo que sientes al estar en la
naturaleza. En esencia, estar conectado a la tierra significa estar en el
cuerpo, consciente de lo que te rodea y presente y disponible para lo que
ocurra. La técnica utilizada aquí para conectarse a la tierra consiste en la visualización
que consigue acercar más al cuerpo la Presencia espiritual y la Conciencia.
Muchas de las personas iniciadas en la espiritualidad que meditan a menudo,
así como otros que todavía no han fortalecido su conciencia, no han aprendido a
conectarse a la tierra, tendiendo así a vagar por el éter encima del cuerpo. Si
eres uno de ellos, puedes acabar muy propenso a absorber energía extraña -energía
de otras personas u otros entes-. En el mejor de los casos, aun no siendo una
esponja psíquica, no puedes expulsar bien del cuerpo las emociones o el karma
si no estás en tu cuerpo.
El enfoque espiritual
pleyadiano incluye la iluminación y/o ascensión del cuerpo entero y a nivel
celular. El objetivo no es abandonar el cuerpo y trascender el plano físico;
la meta es trascender ‘la creencia’ y el miedo a las limitaciones de lo físico.
Se consigue descendiendo espiritualmente a la materia con el objetivo de
despejarte de energías de baja frecuencia tales como emociones reprimidas,
sistemas de creencias, juicios, control y otras energías contraídas que son
fuente de limitación en la tercera dimensión. Cuando lo consigues, permites que
el Yo Superior se mezcle contigo como fue el caso del Cristo, Quan Yin y Buda.
Esto se traduce no en un escape sino en una iluminación o ascensión de todos
los chakras.
Esta meta espiritual
requiere que te encuentres en tu cuerpo y por eso existe la necesidad de ‘conectarse
a la tierra’.
La técnica usada para
conectarse a la tierra es la siguiente:
1. Siéntate en una silla cómoda con la
espalda relativamente derecha, los pies en el suelo sin cruzar ni pies ni
manos y los ojos cerrados.
2. Mediante la respiración atrae la mayor
intensidad posible de tu presencia consciente hacia el centro de la cabeza.
Deja marchar los pensamientos perdidos que inhiben este proceso hasta que te
sientas centrado.
3. Ahora, realiza un par de respiraciones profundas. Fíjate hasta qué
punto se expande el cuerpo al respirar, ¿qué zonas no se expanden?
4. Expande conscientemente más partes de tu cuerpo con la respiración
hasta que inhales profundamente sin tensión ni incomodidad. Hazlo de dos a
cuatro veces hasta que te sientas más vivo y presente en tu cuerpo.
5. Siente los pies en el suelo. Utiliza la
respiración hasta que los pies parezcan vivos.
6. Sólo hombres: fija tu conciencia en el primer chakra, a la altura de la
rabadilla. Visualiza un tubo o cordón espiral de luz de unos 10 a 15 cm de diámetro acoplado al
primer chakra. (Ver ilustración la en la página 116)
Sólo mujeres: fija tu
conciencia en el segundo chakra, a medio camino entre el ombligo y la base de
la espina dorsal. Visualiza un tubo o cordón espiral de luz de unos 10 a 15 cm de diámetro acoplado al
segundo chakra. (Ver ilustración 1b en la página 117.)
Hombres y mujeres:
sigue con la vista este cordón
de conexión e
imagínalo prolongarse hacia el interior de la Tierra mientras la conciencia
permanece en el centro de la cabeza. Mira cómo el cordón atraviesa las capas
terrestres hasta que llega al centro del planeta donde se sitúa el núcleo
magnético o centro de gravedad. Puede que veas o sientas que se ancla el cordón
de conexión sin poder ver más allá.
7. Tómate de medio a un minuto para respirar
suavemente, sintiendo los cambios en el cuerpo y la conciencia. En algunas
ocasiones, clientes o alumnos han experimentado dolores o palpitaciones cuando
se conectan por primera vez. Algunos hasta han experimentado emociones ocultas
que salen a la superficie. Si te ocurre esto, ten en cuenta que ese dolor, ya
sea físico o emocional, es en parte la razón por la que no estabas conectado a
la tierra, ya que el ser humano tiende por naturaleza a evitar sensaciones
desagradables. Sin embargo, como ser consciente de un problema es el primer
paso para sanarlo, explora tus sentimientos con libertad y curiosidad mediante
la respiración en lugar de contraerte o huir de ellos. Libérate de los juicios
y el miedo a sentir e intenta asumir una actitud gozosa ante tu propia toma de
conciencia de la necesidad de atención de esa área del cuerpo o esas
emociones.
Dirige la respiración
hacia la zona molesta. Lo normal es que sientas un alivio rápido. Si no es así,
podría ser indicio de un problema crónico para el que necesitarás ayuda a no
ser que sepas tratar ese tipo de situaciones. A lo largo del capítulo se
proporcionarán más técnicas de despejamiento.
Si no experimentas
molestias, puede que tengas cierta sensación de estar más presente y ser más
real. Puede que te sientas relajado y el cuerpo un poco pesado al rato de tener
enfocado el cordón de conexión.
8. Cuando te acostumbres al cordón de
conexión, visualiza un cambio de color en el cordón. Contempla el espectro
completo de colores y varía los tonos y texturas de cada color. Que sea
divertido. Mantén lo suficiente cada color notando el efecto sobre ti mismo en
cada cambio. Explora todos los colores que se te ocurran además de los que se
presentan aquí.
Empieza con los azules;
cambia el color del cordón a azul pálido, luego a azul intenso, a azul marino,
a azul verdoso y, finalmente, a azul cobalto.
Añade un poco de
verde al azul y visualiza el cordón de un turquesa intenso, luego aguamarina
pálido. Experimenta con los verdes: un verde pastel, un verde esmeralda, un
verde selva, un verde oliva, un verde hierba, un verde amarillento pálido.
Después, visualiza
los amarillos: amarillo pastel, amarillo brillante, amarillo dorado y amarillo
mostaza. Ahora contempla tonos de naranja: naranja amarillento pálido,
melocotón, naranja brillante como la fruta, salmón, óxido y naranja rojizo.
Visualiza los rojos:
rosa pálido, rojo clavel, fucsia, rojo vivo, rojo sangre, granate y rojo
violeta.
Ahora los violetas:
azul lavanda, azul real, azul uva y azul violeta.
Luego intenta los
blancos: blanco puro, blanco con destellos de luz, nacarado o perla, y crema.
A continuación, visualiza
los tonos marrones: tostado, camello, chocolate, caramelo, marrón grisáceo como
la corteza de un árbol.
Deja los colores metálicos
para el final: plateado metálico, dorado metálico, cobre, platino y finalmente
mezcla de plata y oro.
Encontrarás que algunos
colores tranquilizan y calman y otros te hacen sentir más fuerte y más seguro
de ti. Algunos colores te ayudarán a sentirte más en tu cuerpo mientras otros
son desagradables y no favorecen la conexión. Encuentra los que te gusten y
haz una lista comentando lo que te hacen sentir o, si tienes buena memoria,
toma nota mentalmente.
9. Cuando termines de recorrer los colores,
decide cuál quieres ahora. Elimina el primer cordón tirando de él hacia abajo y
dejándolo caer hacia tierra. Ahora proporciónate un nuevo cordón del color
elegido y envíalo al centro de la Tierra.
10. Abre los ojos.
A partir de este
instante, si te despiertas cansado y gruñón, puedes usar el color del cordón
que te haga sentir más ligero y activo. Si te encuentras pasando una época de
dudas y falta de confianza puedes utilizar el color del cordón que te
proporcione más cualidades positivas.
La conexión a la
tierra no va a solucionar todos tus problemas ni va a hacer que desaparezcan
los estados emocionales desagradables pero te puede ayudar a pasarlos más
rápida y fácilmente. Saber qué color es mejor y para qué situación, te ayudará
a mantenerte conectado y serás capaz de superar los momentos en que querrías
abandonar.
Durante una semana
aproximadamente empieza cada mañana desprendiéndote del cordón anterior y
tomando uno nuevo. El color puede ser igual o distinto al anterior, de acuerdo
con tus necesidades. Repite el proceso tantas veces como te acuerdes. Aunque al
principio sean cincuenta veces al día, aunque estés paseando por la calle, o en
el trabajo, crea un nuevo cordón. Cuanta más energía de pensamiento pongas en
crear algo, en algo más real y duradero se convertirá. Lo harás con tal
facilidad que podrás realizarlo con los ojos abiertos trabajando, paseando o
estando dentro del coche.
Al cabo de aproximadamente
una semana serás capaz de conectarte a la tierra por la mañana y lograr que te
dure más. Con hacerlo una vez al día puede ser suficiente. Estarás tan
familiarizado entonces con la diferencia entre estar conectado o no conectado,
que sabrás cuándo necesitas reemplazar el cordón.
Mi experiencia personal y
en la enseñanza a muchos alumnos no me ha hecho creer que el concentrarse
durante una semana en conectarse a la tierra sea opcional -aunque algunos
tengan tendencia a saltárselo. Aquellos que realizan esta semana de forma
consistente se sienten más conectados a la tierra, más presentes y disponibles
para la vida y la sanación que aquellos que se han mostrado menos diligentes.
Aquellos que se salten este paso pueden encontrarse con que el proceso de
sanación dure más, que sus desarreglos emocionales se extiendan más en el
tiempo y que su percepción sensorial plena les sea menos útil y accesible. Por
ello insisto en que sigáis el proceso hasta que os resulte automático.
Después de realizar la meditación
conectiva, como se detalla en los pasos del 1 al 9, no es
necesario repetir toda la secuencia de colores a no ser que exista una razón
personal para ello. Esa parte del proceso sólo tiene por objeto la
identificación de los mejores colores para la conexión. Mi anécdota favorita
sobre la conexión a la tierra ocurrió en una clase de meditación para niños que
impartí hace unos años. Después de realizar la meditación de conexión que
necesariamente tuve que abreviar, pedí a cada niño que expresara al grupo lo
que sentía al estar conectado. La primera respuesta fue la de un niño de tres
años y medio que dijo: «Es como mi mamá».
Otro niño de la misma edad
respondió: «Se siente como en una tienda de salud, como algo bueno». Hizo una
pausa, se movió un poco y añadió: «No sé si me gusta o no».
El resto de los niños
dieron su versión de la conexión hasta llegar a la última, una niña de siete
años que no quería hablar. Bajaba la cabeza hasta donde podía y parecía que iba
a llorar. Yo sabía que sus padres se estaban separando y preparando el
divorcio. También sabía que lo estaba pasando mal.
Dejé de mirar hacia ella y
empecé a explicar al grupo cómo a veces cuando te conectas a la tierra te das
cuenta de que hay sentimientos en ti de los que antes no eras consciente. Seguí
diciendo: «A veces son sentimientos de ternura y de cariño, como los que ha
descrito Elizabeth. Pero otras te hacen daño, como cuando sientes tristeza o
rabia. El truco no consiste en hacer que desaparezcan, sino en seguir con
ellos. Respirad muy profundamente e intentad sentirlos más intensamente.
Entonces ocurre algo verdaderamente mágico. Después de unos minutos sintiéndolo,
habrá desaparecido el dolor y ni siquiera sabréis cuándo se fueron. Os
sentiréis bien de nuevo. Pero si no seguís con ellos y los sentís hasta que se
vayan, se quedarán en el cuerpo esperándoos. De modo que es mejor sentirlos
ahora en lugar de temer que vuelvan».
La niña triste no dijo
nada. Sin embargo, después de unos diez minutos, cuando estábamos en medio de
otro proyecto, se incorporó y exclamó: «¡Se han ido!» Luego bajó la cabeza con
timidez al darse cuenta de que había gritado. Le pregunté qué se había ido.
Respondió: «Los sentimientos, como tú decías. Estaba muy triste, pero he hecho
lo que nos decías». Sus ojos estaban llenos de sorpresa y hasta de una cierta
reverencia -como si quizá la técnica, o el profesor tuviera magia.
Unos días después llamó la
madre de la niña para decirme que su hija había llegado del colegio muy
agitada. Cuando su madre le preguntó qué le pasaba, la niña contestó: «Tengo
sentimientos, así que me voy a mi cuarto a sentirlos». Veinte minutos después
salió de su cuarto vestida para salir a jugar. Cuando le preguntó qué pasaba,
le contó a su madre lo que había aprendido en clase: esa forma mágica de
ordenar a los malos sentimientos que se fueran y no volvieran. La buena
voluntad de esa niña inocente fue un gran ejemplo para todos.
No tienes que esperar al
siguiente si no quieres. Existe una corriente natural y una relación
complementaria entre la conexión a la tierra y el despejamiento del aura.
Sanación y
despejamiento duraderos del aura
El aura es el campo de
energía que se irradia alrededor del cuerpo. Está creado por la producción de
energía de los chakras; cada uno de ellos contribuye a la sanación y el
mantenimiento del campo áurico. Cuando los chakras están mínimamente abiertos
y/o dañados, el aura puede mostrarse gris y débil. Por otro lado, si gozas de
buena salud y estás razonablemente abierto a tus emociones, tendrás unos chakras
más activos y abiertos y un aura más fuerte, vibrante y resistente.
Si tienes el aura
contraída, se extenderá a sólo una distancia de 35 cm de tu cuerpo. Si tienes
un aura demasiado extendida, puede expandirse en un radio de unos 17 hasta 600 metros . Ninguno de
estos tipos de aura es el ideal. Un aura contraída tiende a hacer sentir tensa
a la persona, con miedo, separada. Este tipo de sentimientos también pueden ser
la causa de este tipo de aura. Un aura extendida en exceso puede desembocar en
escapismo, dispersión y tendencia a absorber aquellos pensamientos, emociones y
dolor ajenos que se encuentren en el área que cubre. Un aura demasiado
extendida puede ser también el resultado de los mismos sentimientos y
situaciones que tiende a causar. En otras palabras, la causa de un aura poco
sana tiende a regenerar las mismas condiciones que la han causado.
El objetivo es conseguir
un aura ovoide y distribuida uniformemente encima, debajo, detrás, delante y a
los lados del cuerpo. Con la práctica he llegado a la conclusión de que el
radio de aura más manejable mide de 60 a 90 cm en cada dirección, sobre todo en público.
Cuando estoy en un entorno natural, permito concientemente que mi aura se
expanda incluyendo bosques, lagos y arroyos a mi alrededor. Así se intensifica
mi sentimiento de conexión con Dios/Diosa/Todo lo que Es a través de la
Creación. Me siento en comunión con las plantas, el agua y los espíritus de la
naturaleza, me calma y sana mi sistema nervioso. Sin embargo, cuando paso
directamente de la naturaleza a la ciudad o a otras zonas pobladas, siempre
vuelvo a retraer el aura a unos 60 o 90 cm a mi alrededor. Cuando se me olvida, no
tardo en darme cuenta. Percibo gratuitamente la vida de otras personas, a veces
incluso su dolor. Así que no suelo tardar en acordarme.
En mi propia casa, si no
estoy con amigos o clientes, dejo que mi campo áurico se expanda hasta donde
sea cómodo. También mantengo la casa muy despejada psíquicamente para
sentirme bien en ella.
A
continuación sigue el proceso para despejar y sanar el aura:
1. Conéctate a la tierra según la técnica anterior.
2. Con los ojos cerrados siente el área
alrededor del cuerpo. Para empezar, haz que la respiración llegue hasta unos 35 cm de tu campo áurico
utilizando tu intención. Al respirar dentro del área siente si tu aura está
contraída y espesa, débil y disipada o vibrante y blanda.
3. Mediante la respiración y la visualización
(escuchando un mensaje, utilizando la intuición) observa hasta dónde se
extiende el aura en dirección frontal.
4. Observa el ancho de tu aura a ambos lados.
5. Ahora mira y siente el aura sobre la cabeza
y bajo los pies. Compara las dos áreas.
6. Utiliza la respiración, los sentimientos,
la visión y cualquier otra forma que te sea natural para identificar el espacio
que abarca el aura por detrás. ¿Cómo está en relación con la parte frontal?
7. Ahora que ya conoces algo más sobre la
naturaleza del aura ajústala para que rellene exactamente un radio de unos 60 a 90 cm en forma de huevo.
Utiliza la respiración, la visión y una intención despejada. Al principio
pueden resultarte útiles las manos para abarcar físicamente el espacio
alrededor del cuerpo y tirar o empujar el aura cuanto desees. Para la mayoría,
ajustar el aura significa retraerla y definir los contornos. Los demás
necesitarán empujarla para que llene el espacio. Si eres principiante, puede
que te resulte un problema pasar el aura por debajo de los pies. En ese caso,
la práctica y la persistencia son los mejores antídotos.
8. Observa cualquier cambio de sentimientos,
sensaciones físicas y conciencia que traiga el ajuste del campo energético a
tu alrededor.
9. Ahora visualiza una lluvia de luz líquida de oro
que cae y atraviesa el aura. Deja que la primera vez caiga de 2 a 5 minutos por lo menos.
Nota lo maravilloso que es. (En
el libro hay ilustraciones, pero con la explicación basta para poder imaginarlo
y realizarlo).
10. Después visualiza un fuego gigante color violeta del tamaño del
aura. Extiéndelo por toda el aura, también bajo los pies. No destruirá nada, la
llama violeta simplemente transmuta las energías de baja frecuencia en energías
de mayor frecuencia, lo que constituye una forma más natural de ser. Mantente
dentro del fuego sólo de 1 a
2 minutos si es tu primera experiencia con el fuego violeta. Esta técnica te
hará sentir más calor y energía. Si utilizas demasiado el fuego violeta, puedes
sentirte abrumado por la combustión de antiguas energías etéricas. Así que al
principio, tómatelo con moderación; experimentando hasta encontrar tu nivel.
11. Cuando hayas concluido,
elimina el fuego violeta y abre los ojos.
La mayoría de los que
meditan dicen sentirse más ligeros, más frescos, psíquicamente más limpios y
más brillantes al visualizar la lluvia por primera vez. Es una manera simple
pero efectiva de despejar cualquier energía o desecho extraño que hayas
recogido. También es buena para deshacerse de energías liberadas de tu cuerpo
durante una meditación o sanación.
La primera vez que utilicé
estas técnicas, usé la respiración, las sensaciones, la visión y la intención
para hacerlo real y tan efectivo como fuera posible. Puedes experimentar para
descubrir qué métodos te son más afines.
A continuación hablaré de
la protección del aura. Sin embargo, antes de seguir quiero dejar claro
que estas técnicas no están de ninguna manera enfocadas en crear un
sentimiento de rechazo o temor hacia las personas o el mundo. Desde luego, no
intentan disuadirte de intimar con otras personas. Sólo pretenden ayudarte a
elegir lo que dejes entrar en tu campo áurico y lo que no. Si tu problema es
que absorbes indiscriminadamente la energía que flota alrededor te puedes pasar
la vida literalmente abrumado, emocionalmente desequilibrado, confundido, con
sensación de inutilidad. Lo sé porque he sido una de las peores esponjas
psíquicas que he conocido. Si estaba cerca de una persona con dolor de espalda,
puedes estar seguro de que también me pasaba a mí. Cuando realizaba una
sanación por imposición de manos o simplemente abrazaba a un amigo, el otro se
sentía mejor y yo solía sentirme peor. Lo puedes llamar «el síndrome de
vertedero humano». Aprender a establecer los límites cambió literalmente mi
vida.
En recompensa por haber
aprendido a establecer mis límites, ahora disfruto intimando y compartiendo mi
vida con amigos y seres queridos. Ahora puedo entrar en un restaurante sin
miedo a ponerme enferma o paranoica. De hecho, ya ni siquiera pienso en ello
porque para mí se ha convertido por fin en natural repeler las energías
vibratorias bajas y aceptar las divinas. Llegar a este punto me llevó unos
cuantos años de mucha meditación, colaboración con el Yo Superior y dedicación
a mi plenitud espiritual. Todavía se me presentan a veces ciertos intercambios
kármicos con personas cercanas, pero ya no pierdo ni mi tiempo ni mi energía
procesando problemas no asumidos o el dolor de Fulanito y Menganito.
Las siguientes técnicas
intentan hacer que sepas cuáles son los límites saludables aprendiendo a elegir
lo que permites entrar en tu cuerpo y campo áurico. Una de las mejores maneras
que yo he encontrado es extender el aura aproximadamente un metro en todas
direcciones. Luego rodea el aura de luz de diferentes colores según las necesidades
de protección de ese momento.
Después de atraer el aura
y bañarla con una lluvia de oro, rodea toda su superficie de una capa de 3 a 6 cm de luz solar dorada. Esto
hace que sane y se refuerce continuamente, puesto que el oro penetra en los
orificios del aura y ella misma tiende así por naturaleza a sanarse.
El siguiente paso depende
de lo que sientas. Si te sientes vulnerable o más inseguro de lo normal,
puedes añadir una capa azul añil a la parte externa de la luz dorada. El
sobrenombre del tono concreto que buscas es «azul certeza» o azul auténtico.
Este color irradia una sensación de confianza y seguridad, lo que tiende por
naturaleza a repeler «rateros psíquicos». Con él también te sentirás más seguro
de ti mismo para estar alerta y mirar el mundo a través de este color para el
borde del aura.
Cuando no estés en casa o
tengas visitas -sobre todo si recibes clientes- es bueno mantener una capa de
luz violeta en la parte más externa del aura. Existen varias razones para ello;
primero, como ya he dicho, la luz violeta transmuta las energías a sus
frecuencias naturales superiores. Si estás trabajando con un cliente que de
pronto libera una gran cantidad de ira reprimida, la luz violeta transmutará
esa ira e impedirá que entre y dañe de alguna forma tu campo áurico. Segundo,
la luz violeta repele los parásitos astrales. Éstos son entes etéricos que se
alimentan de dolor y emociones reprimidas. Hasta que despejes tu campo de
energía de cualquier caldo de cultivo y alimentación de estos parásitos, es
sensato dejarlos fuera. Una vez despejes hasta cierto punto los cuerpos de
energía sutil y tu alma, chakras y Yo Superior empiecen a irradiar luz,
repelerán naturalmente a estos entes y energías de baja frecuencia. Hasta
entonces, estas herramientas de tratamiento de límites te serán de mucha ayuda.
¿Por qué perder tiempo de meditación y de vida en general procesando y
despejando lo que ni siquiera nos pertenece? El uso de herramientas de
tratamiento de límites es un ejemplo práctico de gracia.
Se recomienda incluir
siempre la conexión a la tierra en la meditación de la mañana, crear la esfera
áurica y visualizar sus límites teñidos con colores como los que acabamos de
ver. Si no tienes tiempo o no sientes la necesidad de pasar por las fases de
lluvia o fuego violeta, puedes saltártelas. Los tres pasos restantes son lo
esencial en cuanto a límites y, una vez acostumbrado a ellos, te ocuparán muy
poco tiempo.
Sé dueño de
tu ruta vertebral
Ser dueño de la
propia ruta vertebral cumple diferentes funciones. Primero, despeja energías
extrañas de la zona de la columna así como energías propias bloqueadas.
Ello permite que tu ser habite esa parte del cuerpo más plenamente. Igualmente
importante, abre el camino para que la energía cósmica y la fuerza vital fluyan
libremente en y a través de las rutas centrales del cuerpo, que a su vez hacen
girar los chakras. Ello facilita el despejamiento y la apertura de los chakras.
Otro de los efectos
de esta técnica es equilibrar el flujo ascendente y descendente. Si eres
una persona etéricamente saludable, la energía cósmica y la fuerza vital están
constantemente fluyendo a través de la coronilla en forma de rayo de luz
coloreada. Cada uno tiene un rayo de un color determinado que «hace fluir»
durante toda la vida. Este rayo está condicionado por el objetivo que pretenda
alcanzar tu alma a través de la encarnación y por las lecciones concretas que
quiera aprender. (The
Seven Rays Made Visual de
Helen Burmeister es un libro excelente sobre este tema.)
A medida que la
energía del rayo penetra tu aura y alcanza el chakra exterior sobre la
coronilla, gira alrededor de una serie de anillos y entra en afinidad con tus
necesidades actuales. Entonces entra en el séptimo chakra o de la coronilla,
llegando a una estructura en forma de prisma situada en el interior de la parte
superior de la cabeza. Allí, la energía que es transparente, se refracta
descomponiéndose en otros colores que se envían en sentido descendente hasta
el punto central del sexto chakra o tercer ojo. Parte de la energía vuelve a girar,
esta vez hacia el interior del sexto chakra, mientras que el resto desciende a
través de la ruta vertebral entre los chakras, llegando hasta el área de la
garganta. La energía continúa girando en los chakras, descendiendo por la
columna hasta la raíz o primer chakra. La luz descendente (que en su origen es
transparente o pura) es transformada en el corazón o cuarto chakra en una
energía más en sintonía con el plano físico, que tiene cierta cualidad ígnea.
En el primer chakra
esta luz ígnea ‘asciende’ en forma de remolino por la ruta vertebral, haciendo
girar a su paso cada uno de los chakras. En el chakra del corazón se
entremezcla nuevamente con la Llama Ignea para luego continuar ascendiendo
hasta que alcanza de nuevo la coronilla, donde se vierte sobre el aura. El
movimiento descendente de
energía en forma de rayos llena la parte subconsciente de cada chakra situada
en la parte posterior del cuerpo. El flujo ascendente gira y se desborda penetrando en la porción
consciente de cada chakra situada en la parte frontal del cuerpo.
Todo el proceso
funciona de forma continua, día y noche. Si cualquiera de los chakras se parase
completamente y fuera incapaz de mantener el flujo de los rayos, el cuerpo
moriría en unos tres días. De ahí la importancia de mantener despejada la ruta
vertebral.
La ruta vertebral es
una de las zonas del cuerpo más susceptibles a la posesión (u obsesión) por
parte de entes y al control psíquico procedente de otras personas. La sanación
o prevención de este problema son otros beneficios de la técnica que expondré a
continuación.
Para poder equilibrar
el flujo de energía cósmica del cuerpo se toma energía terrestre a través de
las plantas de los pies. Tienes un pequeño chakra situado en el centro de la
planta de cada pie. Estos chakras están para que te conectes con el planeta y
el planeta contigo gracias a un proceso de intercambio continuo similar al que
se da entre el chakra de la coronilla y la energía cósmica.
En muchas personas,
los chakras de los pies permanecen inactivos a todos los efectos. La Tierra ha
venido asimilando una gran cantidad de dolor a través del genocidio de las
civilizaciones indígenas en todo el mundo, la absorción de las emociones
reprimidas por la población humana, la casi inexistencia de celebraciones
conscientes y ritos de gratitud hacia la Tierra y sus dones, por no mencionar
el abuso indisimulado del propio planeta; debido a esto, la mayoría de sus
habitantes se encuentra aislada de esta fuente vital de alimento, conexión y
fuerza de vida. Es más, la mayoría de las personas iniciadas en la
espiritualidad que he conocido y con quienes he trabajado conscientemente,
operan fundamentalmente a partir del chakra del corazón hacia arriba. El resto
de los chakras les siguen funcionando básicamente en piloto automático, con
poca o ninguna comunicación con la Tierra.
A medida que te abres
para recibir de nuevo la energía de la Tierra es importante ser muy específico
y claro en el intento.
Muchos tienen chakras
activos en los pies pero absorben energías oscuras acumuladas en el planeta en
lugar de conectar con el ser planetario de forma saludable y enriquecedora para
ambos. Si eres una de esas personas, será muy importante seguir el proceso para
tomar energía de la Tierra. Tendrás que comunicar con la Tierra como el ser
consciente que es. Dándole las gracias y pidiendo exactamente lo que quieres de
ella. Tu salud y tu camino evolutivo son inseparables de los suyos. Abrirse a
la Tierra es más una invocación a Gaia, la Tierra en tanto que Ser Sagrado, que
una técnica para obtener energía. Por ello, cuando se incluya operar con la
energía de la Tierra en el siguiente proceso, se dará a modo de liturgia,
sugiriéndose oraciones de gratitud para acompañar la técnica.
Sigue los siguientes
pasos para mantener la ruta vertebral despejada y los chakras girando mediante
el flujo de luz y energías cósmica y terrestre.
1. Conéctate a la tierra
2. Retrae el aura a 60 ó 90 cm en todas las direcciones
del cuerpo, sobre la cabeza, bajo los pies, a ambos lados del cuerpo, delante y
detrás en la forma ovoide que ya conoces.
3. Comprueba los colores que tiñen el límite
del aura y renuévalos si es necesario.
4. Visualiza un sol dorado a unos cincuenta cm
por encima de la cabeza. Míralo cómo brilla radiante.
5. Dirige un rayo o corriente de luz solar hacia el chakra de la
coronilla, situado en el centro de la parte superior de la cabeza. Primero una
corriente muy pequeña como un hilo. Así descenderá fácilmente por el canal sin
atascarse en caso de que éste estuviera bloqueado.
6. Lleva la pequeña corriente de luz solar al
interior de la cabeza mediante la respiración, la visualización y la intención.
Dirígela hacia la parte posterior de la columna justo debajo de la
protuberancia occipital en la base del cráneo. Ve despacio.
7. Continúa dirigiendo el flujo de luz dorada
todavía descendiendo lentamente por la parte posterior de la columna hasta el
primer chakra situado en su base.
8. Permite que un 10 % de la energía descienda
por el cordón de conexión llevándose cualquier energía bloqueada. Como un
desatascador cósmico.
9. Luego dirige lentamente el 90% restante de
la luz solar dorada en sentido ascendente por la parte delantera de la columna.
10. Cuando la luz alcance el chakra de la garganta situado en el centro de
la misma, divídelo en tres partes iguales, de manera que dos partes desciendan
por los brazos y salgan por las palmas de las manos y que la tercera parte
ascienda saliendo a través del chakra de la coronilla. Habrá un continuo movimiento
de entrada y salida de luz dorada por el área de la coronilla con el ir y venir
de la corriente.
11. Cuando sientas la energía salir suavemente por la palma de las manos y
por la coronilla, continúa visualizando la corriente descendente por detrás y
la corriente ascendente por delante de la columna. Cada vez que repitas la
visualización sigue el movimiento de la energía con tu conciencia hasta que
salga por las manos y la coronilla. Repítelo varias veces hasta que se
convierta en algo fácil y natural.
12. Ahora, imagina un dial con las etiquetas «manual» y «automático»
superpuestas en el Sol. Mueve el dial a automático y deja tu mente calma y
serena.
13. Al mismo tiempo que
mantienes el flujo de energía cósmica en automático lleva tu conciencia hacia
las plantas de los pies. Saluda solemnemente a Gaia, la Madre Tierra, dándole
las gracias por todo lo que nos proporciona: comida, refugio, ropas, coches,
combustible que nos calienta, agua para beber y lavarnos, flores y árboles que
embellecen, la creación del aire que respiramos y todo lo que nos sirve para
sustentar y mejorar la vida física, así como para alimentar el espíritu. Luego
dile a la Madre Tierra que prometes ocuparte siempre de ella y que la
respetarás en todos los sentidos; dile que sólo tomarás de ella lo que
necesites y que le corresponderás con tu amor y gratitud. Encuentra tu propia y
sincera manera de expresarlo. Luego pide a la Tierra que te llene de su enriquecedora
y cariñosa luz. Abre los chakras de los pies inhalando a través de ellos y
adoptando la intención despejada de recibir lo que te dé. La energía fluirá
desde los pies por las piernas ascendiendo al primer chakra donde se mezclará
con la energía cósmica en ascenso.
Nota: Si tienes tendencia a
absorber el dolor o la energía oscura del planeta, coloca un filtro de luz
violeta de unos 115 cm2 de ancho por 15 a 20 de espesor bajo los
pies. Esto lo solucionará.
14. Paso optativo: A veces
querrás sintonizar con ciertos lugares del planeta donde exista dolor y
oscuridad o pedirás que se te muestren. Visualiza que llenas y rodeas esos
lugares con fuego violeta. Mantén la visión sanadora hasta que veas o sientas
una liberación y transmutación de las energías. En áreas donde el mal es
crónico pueden hacer falta varias sanaciones hasta que se note un cambio significativo.
15. Ahora pon el flujo de
energía de la Tierra en automático y reanuda la meditación normal. Si todavía
no has desarrollado un estilo de meditación, puedes simplemente observar tu
respiración para crear un punto de enfoque, o repetir una y otra vez una
afirmación como «yo soy el que soy» o «estoy lleno a rebosar de luz y amor
divinos», o simplemente fija la vista en la llama de una vela, rechazando
cualquier pensamiento que te venga a la mente.
16. Cuando hayas terminado
devuelve los dos indicadores de energía, cósmica y terrestre, a la posición
manual. Vuelve a comprobar tu conexión a la tierra, abre los ojos y sigue con
tu vida diaria. Si te sientes sobrecargado de energía, dobla el cuerpo hacia
delante de modo que cabeza y brazos cuelguen y las manos toquen el suelo
mientras respiras profundamente. Puedes hacerlo sentado o bien de pie con las
rodillas flexionadas y los pies separados. A esto se le llama «inclinarse y
volcar todo».
Se recomienda que hagas
fluir energía durante un mínimo de diez minutos en cada sesión para obtener los
mejores resultados. Mientras fluya, utiliza la técnica de meditación que
desees. Si te cuesta mantener la luz dorada y las energías de la Tierra
fluyendo cuando dejas de dirigirlas conscientemente, adopta como foco de la meditación
la imagen del flujo a través de los canales. Después de hacerlo unas cuantas
veces, podrás poner el proceso en automático y seguir con otra técnica de
meditación o autosanación mientras la energía sigue fluyendo.
Mantenimiento de una casa psíquicamente despejada y segura
El último
procedimiento para crear unos límites sanos y una protección psíquica es para
la casa. También se puede usar para despejar cualquier otro lugar en el que
estés temporalmente, como un hotel o la casa de alguien donde te encuentres de
visita. Aunque no lo había comentado aún, una función importante de los límites
sanos es nuestro alejamiento de los planos astrales inferiores. Éstos comprenden
la sub-tercera, cuarta y quinta dimensiones donde viven los seres y entes
oscuros, así como las formas de pensamiento negativas creadas por los seres
humanos. Es el lugar donde se generan y a menudo se sufren las pesadillas.
Cuando te duermes por
la noche abandonas el cuerpo físico a través de la vía llamada «cuerpo astral».
El cuerpo astral viaja literalmente a través del espacio-tiempo y más lejos
incluso, ya sea a los planos astrales inferiores o a los planos superiores de
Luz. Lo segundo es mucho más recomendable. Al someterte a distintas
experiencias durante el viaje astral, a veces se convierten en sueños tuyos.
Estos sueños te ayudan a ser más consciente y a curar el subconsciente. A
veces, emociones y traumas pasados se liberan por medio del cuerpo astral.
Otras veces puede que vayas a dimensiones superiores y recibas cierta formación
espiritual o sanación. Puede que repases vidas pasadas a fin de asimilarlas y
así crecer. Éstas son sólo algunas de las posibilidades.
Tener unos límites
sanos mientras duermes es esencial para tener unos límites sanos durante la
vigilia. Si tu cuerpo astral está dañado en los planos astrales inferiores, las
zonas homólogas de tus cuerpos físico y etérico quedarán psíquicamente
vulnerables a cualquier ataque o invasión de frecuencias de energía inferiores.
El cuerpo astral en estado de vigilia crea una protección muy efectiva para
todo tu campo energético. Cuando se daña, la función protectora está en
peligro. Debido a la ley de magnetismo psíquico -«Las frecuencias iguales se
atraen»-, si durante el sueño el cuerpo astral ha asimilado dolor, daño o
miedo, magnetizarás los mismos tipos de frecuencias inferiores hacia el aura,
chakras o el mismo cuerpo cuando estés despierto. Serás mucho más vulnerable al
ataque psíquico o a la invasión de los entes que vibran al mismo ritmo y viven
del miedo y del dolor. Su objetivo principal es mantenerte en estado de miedo,
dolor y confusión para seguir teniendo su «caldo de cultivo». Recuerda, nada
puede entrar en tu campo de energía si algo en ti no lo magnetiza.
De la misma manera,
si vas a planos superiores durante el sueño y experimentas una sanación, un
aprendizaje, amor o un despertar espiritual, esas frecuencias se transferirán
al espacio que ocupa el cuerpo físico cuando vuelva el cuerpo astral y
despiertes. ¿Recuerdas haber tenido sueños de volar y despertarte sintiéndote
lleno de luz y felicidad? Quizá recuerdes haber pasado por situaciones de aprendizaje
espiritual durante el sueño y despertarte recordándolas y aplicando en la vida
lo aprendido. Estas últimas experiencias representan la intención del tiempo de
sueño; otra intención es la de despejar el subconsciente.
Para que tanto la
sanación como el aprendizaje puedan darse, es vital que tu casa y tu aura se
encuentren despejadas de toda influencia astral. Puedes conseguirlo usando
variaciones de lo que ya conoces para mantener los límites personales
despejados. Además, existe una invocación que ancla las energías de dimensiones
superiores en tu casa, en el trabajo o en cualquier otro lugar. Para
simplificar el proceso las instrucciones se refieren únicamente a la casa como
el lugar a despejar. Puedes adaptar el proceso a tu situación en cada caso o
necesidad.
Sigue
estas instrucciones para despejar tu casa:
1. Coloca un cordón de luz de conexión a la
tierra que abarque el suelo de tu casa o tu piso. Haz que se prolongue hasta el
centro de la Tierra.
2. Visualiza un sol dorado de unos setenta cm de diámetro en el centro de
tu casa.
3. Expande gradualmente el sol dorado hasta que llene y rodee el espacio
que ocupa tu casa.
4. Rodea el sol dorado de un muro de luz violeta de 130 a 260 cm de espesor.
5. Afirma: «Esta bola de luz violeta permanecerá intacta hasta que yo
vuelva a repetir el procedimiento. Que así sea».
6. Pronuncia seguidamente esta invocación: «En
el nombre de Yo Soy El Que Soy, ordeno que esta casa y sus cimientos se llenen
de luz dorada de la Ciudad de Luz donde moran los Maestros Ascendidos. Sólo
aquello de naturaleza divina podrá entrar. Todo aquello ilusorio e inferior a
lo divino debe partir. Así quedará. Que así sea».
Utilizar la frase «Yo
Soy El Que Soy» equivale a decir «la Presencia Divina de Dios/ Diosa» en
oposición al ego «yo». Cuando utilizas esta frase o afirmación, vas a dar una
orden en nombre de la conciencia misma de Dios/ Diosa. Es una afirmación muy
poderosa llamarse a uno mismo «Yo Soy» y deberías hacerlo con cuidado y sólo de
forma positiva y creativa. Cada vez que dices «yo soy...» y luego terminas la
frase de manera definitiva, aunque sea casualmente, estás identificando tu
esencia con lo que dices. Por ejemplo, puedes decir, «soy rencoroso» o «soy
cariñoso» y la afirmación define literalmente tu esencia como una cualidad.
La segunda parte de
la invocación afirma: «...luz dorada de la Ciudad de la Luz donde moran los
Maestros Ascendidos...» Se refiere a la dimensión superior, «lugar donde
moran» los seres que un día estuvieron encarnados en la Tierra, fueron iluminados
y murieron o ascendieron. Estos Maestros Ascendidos -o Gran Hermandad Blanca,
como también son llamados- permanecen en la Ciudad de Luz para ayudar a otros
seres vivos en su viaje espiritual hacia la iluminación y la ascensión. Te
guían y te enseñan durante el sueño y el estado de vigilia cuando estás
preparado, deseoso y disponible. Invocar a la luz donde moran es llenar tu casa
con la energía equivalente a la de un templo sagrado lleno de una luz de
frecuencia tan alta que sólo energías divinas y seres de intención divina
pueden soportarlo.
Utilizando este
procedimiento podrás despejar tu casa de energías negativas y astrales en muy
poco tiempo y empezar gradualmente a sentir una mayor paz y sensación de
bienestar en tu nuevo templo. Eso te ayudará a tener un sueño más positivo.
Seguramente querrás
repetir este proceso un par de veces por semana. A medida que tu casa está más
despejada repite el procedimiento para despejarla cuando sientas la necesidad.
Yo lo realizo una vez por semana como rutina porque me sienta bien.
(Existen
muchas otras formas y maneras para ‘despejar’ energéticamente un ambiente o una
casa; oraciones, decretos, Reiki, etc. Cada cual puede utilizar sus propios
métodos en lugar del anterior. Además, utilizar aromas a incienso, sándalo,
rosas, y otros purificadores de ambientes, puede ayudar mucho al proceso de
limpieza etérica ambiental).
Por la
noche, antes de acostarte, sigue estos pasos:
1. Rodea tu aura de
una burbuja violeta.
2. Pide a tu ángel de
la guarda que vigile y mantenga tu cuerpo seguro toda la noche mientras
duermes.
3. Repite esta
declaración: «En el nombre del ‘Yo Soy El Que Soy’ ordeno que mientras mi
cuerpo duerme, yo solamente viaje a los planos superiores de Luz Divina, o
adonde el Yo Superior lo determine para ayudar y aprender».
Realizando este
procedimiento a la hora de ir a la cama puedes dormir mejor. Es especialmente
importante si tienes la tendencia a experimentar miedo o inquietud.
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