Temas tratados en esta 3° parte:
1-
Despejamiento de imágenes.
2-
Despejamiento de creencias y formas de
pensamientos.
3-
Liberación de acuerdos psíquicos (contratos).
4-
Retirada de cordones.
(Del libro: “Manual de Ejercicios Pleyadianos de Luz”.
Los ‘Pleyadianos’ son emisarios
y ayudantes de la Hermandad Blanca Planetaria)
Para trabajar con los ejercicios de esta 3° parte es necesario conocer
y haber practicado los ejercicios preliminares de la 1° y 2° parte, ya
publicados en este blog.
Despejamiento de imágenes
Primero me gustaría
definir lo que entiendo por «imágenes». Las imágenes son generalmente una de
estas tres cosas:
1) Las imágenes que
tienen otros sobre ti o sobre una cuestión de la vida;
2) tus propias conclusiones
limitadas, extraídas de la experiencia vital; o
3) imágenes de
experiencias vitales que permanecen en el aura o en el cuerpo a causa de la
existencia de cargas emocionales no liberadas. A continuación siguen ejemplos
hipotéticos de cada una:
1. Imágenes de otros.
Quizá
te aburrías en clase debido a la falta de estímulo de la creatividad
individual. Como consecuencia, soñabas despierto y no sabías bien la lección,
con lo que se te tomó erróneamente por poco inteligente o estúpido. Las imágenes
que tenían de ti tu profesor, tus padres y tus compañeros penetraron en tu aura
generando dudas y baja autoestima. Las imágenes quedaron prisioneras en ti.
Todavía llevas esas imágenes.
Otro ejemplo: Quedaron estancadas en ti
imágenes de los monólogos incesantes de tu padre sobre lo dura que es la vida.
Utilizaba las comidas para exponer las dificultades que entraña ganarse la
vida, que la vida es competición y que nadie te da nada en este mundo si no
peleas por ello. Para probarlo dibujaba ejemplos extraídos de su propia
experiencia proyectándolos hacia el resto de la familia, impregnándote con
esas imágenes, que tú absorbías porque aún eras impresionable. Estas
imágenes, estancadas en tu tercer chakra, te recuerdan constantemente que
la vida es dura. Las vives en forma de rigidez y/o dolor, incluso úlceras,
cuando te enfrentas a los retos de la vida diaria. Tiendes a magnetizar muchas
dificultades y grandes conflictos por haber absorbido las imágenes de tu padre
y tenerlas aún en el aura o los chakras.
2. Tus propias conclusiones limitadas a partir de las
experiencias vitales. Eres una mujer que de
joven tuvo varias experiencias con chicos tocones que proyectaban imágenes
lujuriosas de lo que les gustaría hacer contigo. Tu inseguridad te hacía desear
ser aceptada y tenías miedo de los hombres a causa de la actitud negativa de tu
padre. Ahora tienes imágenes estancadas en los pechos o los órganos femeninos
que representan a los hombres como conquistadores que miran a las mujeres con
lujuria. Esto genera miedo, relaciones en las que se te utiliza como objeto
sexual y una incapacidad de atraer a tu vida hombres que te respeten como
amigos o amantes.
Otro ejemplo: De niña destacabas en
canto y danza, siendo éste el único modo en el que te sentías apreciada. Tienes
las imágenes de esas experiencias grabadas en el chakra del corazón como la
forma de obtener amor. También permanecen en el tercer chakra como el modo de
generar autoestima, así como en el tercer ojo como única fuente de imágenes
positivas propias. Esto limita enormemente tu capacidad de desarrollo adulto,
la cual se basa en un sentido de amor y apreciación de uno mismo. Todavía
pretendes ganarte el amor y la aprobación del mismo modo. A causa de esto,
puedes crearte problemas en las mismas áreas en que tanto confías. Si eres
cantante, puedes provocarte un desequilibrio en la tiroides o rigidez en las
cuerdas vocales. Si bailas, puedes dislocarte la rodilla justo antes de la
prueba más importante.
Cuando colocas tu
sentido de autoestima, tu propia imagen y tu propia valía en una sola persona o
cosa -ya sea aceptación sexual, cantar, bailar o cualquier otra obsesión
personal-desarrollas en tu interior el miedo de perder esa capacidad o aspecto
porque le has dado una importancia mayor de la que tiene. Ese miedo acaba
creando una crisis de un modo u otro, ya sea física, mental o emocional. La
respuesta es despejar las imágenes, cambiar los comportamientos y desarrollar un
sentido espiritual de la propia valía basada en actuar con integridad y
viviendo como el ser maravilloso que se es. Así, el canto, la danza o la
expresión sexual puede ser una fuente natural que surja de una visión sana,
integral y amorosa del propio yo.
3. Experiencias vitales con carga emocional no liberada. Si abusaron de ti física o sexualmente de niño,
adolescente o adulto, puede que aún lleves imágenes de esas experiencias en tu
campo energético. Estas imágenes ahora crean un trauma y un gran miedo que tu
vida magnetiza. Cuando ocurrieron aquellas experiencias, probablemente no
sabías o no podías liberar emociones y sentimientos, de modo que los atrapabas
junto con las imágenes vitales en el cuerpo y el aura. Puede que necesites un
entorno seguro con un terapeuta o sanador espiritual de confianza para acabar
expresando y liberando estos traumas en la vida adulta. O puede que seas capaz
de liberarlas sabiendo ayudarte a ti mismo.
Puede servir de mucho
sentarse en un lugar seguro y hacer fluir energía mientras respiras
profundamente y eliminas las imágenes pasadas en el interior de rosas hasta
que desaparezcan. Si no puedes encontrarlas tú mismo, puede que necesites la
ayuda de un buen sanador clarividente.
Un ejemplo menos
intenso de esta categoría de imágenes lo representa la gente que compra sólo
productos anunciados y de marca. Sin duda es algo de lo más corriente en la
sociedad actual. Se produce el refuerzo constante de ciertas imágenes en
anuncios de revistas y periódicos, así como en los anuncios de la televisión y
la radio que dicen: «El nuestro es el mejor» o «Si quiere que su familia le
quiera, sírvales...» o «Lave su ropa con...» Creo que la imagen es clara.
Perdón por el juego de palabras.
Como persona sensible
a ciertos productos químicos debido a alergia a detergentes, champús, jabones y
perfumes comerciales, conozco las neurotoxinas incluidas en esos productos que
matan literalmente tejido cerebral y terminaciones nerviosas. Naturalmente, he
tenido que concienciar del problema a alumnos y amigos con quienes paso mucho
tiempo para que dejen de usar estos productos si quieren que pasemos tiempo
juntos. Algunas personas aceptan los cambios con elegancia e incluso agradecen
que se les hable de la naturaleza tóxica de estas sustancias. Otros se lo
toman como algo personal. Sin embargo, unos pocos han llegado a mirarme con
miedo o temor y han dicho cosas como: «Pero tengo que usar tal marca. Es lo
único que de verdad me limpia la ropa» o «Es el único champú que funciona con
mi pelo. Todos saben que es el mejor». La primera vez que oí tales reacciones
me sorprendió tanto que se creyeran tales cosas que me quedé muda. Luego empecé
a hablarles de lo limpia que estaba mi ropa, lavada sólo con bicarbonato y a
veces con quitamanchas sin productos químicos. Y el brillo y la fuerza de mi
pelo lavado con champú y acondicionador ecológicos sin perfume. También dirigí
a la gente hacia los detergentes no perfumados y biodegradables, jabones y
productos de limpieza. Poco a poco empezaron a eliminar sus imágenes tras
conocer, utilizar y ver los resultados de las alternativas no tóxicas. Muchos
me agradecieron más tarde el tener un pelo y una piel así de sanos, menos
ataques de sinusitis y menos mareos después de cambiar de detergente o dejar
los perfumes en favor de aceites esenciales de alta calidad.
Por supuesto, no son
más que unos pocos ejemplos de las imágenes que os pueden bloquear, pero son
suficientes para daros una idea de qué se puede buscar en uno mismo. Ahora
tenéis que saber qué hacer con esas imágenes. Después de identificar las
imágenes que os bloquean es bastante fácil despejarlas. Básicamente, se hace
fluir energía mientras se eliminan repetidas veces las imágenes colocadas en
el interior de rosas hasta su desaparición. Si las imágenes cuentan con mucha
carga, puede hacer falta un proceso frecuente de despejamiento durante un tiempo
hasta que se perciba un sentimiento nuevo y estable y/ o una reacción de
comportamiento estable en las correspondientes áreas vitales.
Cuestiones más
profundas con sentimientos y formas de pensamiento extremadamente traumáticos o
fijados pueden precisar ayuda de otras personas, pero este proceso resulta
increíblemente bueno para la mayoría de las imágenes estancadas.
Usa el
formato siguiente para despejar imágenes:
1. Cierra los ojos y conéctate a la tierra.
2. Comprueba el tamaño, colores y rosas del aura y haz los ajustes
precisos.
3. Haz fluir las energías cósmicas y terrestres a través de los canales del
cuerpo y pon ambas en Automático.
4. Determina una imagen, de uno de los ejemplos anteriores o de alguno
propio, que sientas estancada en ti.
5. Actúa sobre las imágenes con el ojo de la mente. Si no ves o
recuerdas automáticamente las escenas mientras piensas en el asunto, pide que
una imagen lo represente.
6. Coloca la imagen en el exterior del aura y ponla en el interior de una
gran rosa del color que crees automáticamente.
7. Disuelve esta primera rosa y crea una nueva en su lugar alrededor del
resto de la imagen.
8. Continúa creando y disolviendo rosas alrededor de la imagen lo más
rápido que puedas, aunque sin prisas, hasta que la imagen termine por
desaparecer. Si surgen emociones durante este proceso, respira profundamente
para ayudarte a su total liberación. Si empiezas a llorar o a temblar,
convéncete de que estás a salvo y que sólo experimentas emociones antiguas que
abandonan tu cuerpo. Luego procede a sentir las emociones lo más intensamente
posible mientras creas y disuelves rosas. Si necesitas gritar, golpear
almohadas, saltar arriba y abajo o simplemente observar los sentimientos,
confía en tu conocimiento interno de lo que precises. La expresión correcta
acabará con la contracción, hará que sientas emociones más sinceras y te
traerá alivio incluso durante el proceso.
9. Ahora visualiza otra imagen asociada con el
mismo asunto y elimínala con rosas una y otra vez hasta que también
desaparezca. Repite este proceso hasta que no queden más imágenes relacionadas.
10. Sigue haciendo fluir
energía y respirando profundamente para ayudar a la liberación de emociones y
energías unidas a las imágenes. Cuando sientas cesar la liberación de energías
y/o emociones y vuelva a haber luz en ti, has terminado.
11. Luego crea una afirmación
que reemplace las viejas imágenes. Empieza a formularlas con un positivo «soy»,
tal como «soy libre y estoy a salvo para expresarme a mí mismo» o «soy un Ser
de Luz hermoso y radiante y profundamente digno de respeto y amor cuando canto
y cuando no» o bien «la vida y las personas están de mi parte sin esfuerzo y
con alegría». La afirmación contribuirá al anclaje de una realidad alternativa
más alineada con quien eres de verdad y lo que quieres crear en la vida.
12. Abre los ojos y
date las gracias con el regalo que te acabas de hacer.
13. Inclínate y descarga.
Despejamiento
de creencias, juicios, imágenes perfectas y ‘formas de pensamiento’
«No hay límites, sólo
creencias» es una expresión favorita mía. Quiere decir mucho. Lo que quiere
decir es que uno crea su propia realidad y que aquello que uno cree se
manifestará en la vida, conscientemente o no. Es útil, por lo tanto, examinar
algunas de las creencias que no queramos que nos controlen la vida. Si te
enfrentas al problema de que no te toman en serio, es posible que exista una
combinación de asuntos relacionados con la autoestima que precisen ser sanados,
así como muchos sentimientos colaterales. Tus creencias pueden ser «no gusto a
la gente porque no tengo nada que guste» o «no tengo una buena conversación,
soy aburrido» o «soy el felpudo de todos. Todos me pisan y no sé cómo
evitarlo». En cuanto se aceptan tales creencias como verdades, seguirán
presentándose situaciones y personas que te darán la razón. Del mismo modo, si
cambian estas creencias, permitirás que el mundo te brinde tipos nuevos y
diferentes de situaciones y personas más en consonancia con una verdad
superior.
He tenido muchas
conversaciones con amigos y clientes sobre la validez o no de sus creencias.
Un cliente tenía una creencia en su tercer chakra con este efecto: «No gusto a
nadie ni me dan una oportunidad». Cuando le señalé que era una creencia que
había que cambiar se puso a la defensiva diciendo: «Es cierto, no es culpa mía,
yo no lo he querido así. Así es mi vida y lo puedo probar una y mil veces con
las cosas que no dejan de ocurrir». Protegía tanto sus creencias y su propio
complejo de víctima que me costaba mucho hablar con él.
Intenté explicar a
este cliente que la vida no dejaba de darle la razón debido a la ley del
magnetismo. Atraía hacia sí lo que encerraba dentro diciendo que la fuente
profunda del problema era su propia ira y el resentimiento hacia personas que
en el pasado lo habían tratado mal y que lo que necesitaba hacer era despejar
la creencia, liberar las antiguas emociones y acabar finalmente en estado de
perdón. Lo único que llegó a admitir durante esa sesión fue: «Bueno, quemaré la
creencia, pero no va a servir para una mierda». Cuando quise actuar en él sobre
las emociones que mantenían la creencia en su sitio, se resistía e insistía
tanto en probar que su ex esposa le había tratado mal que veía justificado
mantener la culpa, el resentimiento y la ira hasta que ella admitiera que
había obrado mal. No pude hacer nada más que respetar su libre albedrío.
Hay que estar
dispuesto a deshacerse del pasado si se quiere sanar y crear un futuro más
positivo. Había una canción muy buena que se hizo famosa hace unos años que
decía: «Y lo importante es perdonar, perdonar, aunque... ya no me quieras
más». No todas las creencias requieren perdón para ser liberadas; pero algunas,
como la que tenía mi cliente, claramente sí lo precisaba.
Los
elementos principales para despejar una creencia son:
1- Ser consciente de la creencia.
2- Disposición a reconocer la creencia como tal
y no como verdad.
3- Disposición a deshacerse de la
creencia.
4- Disposición a sentir y liberar emociones
relacionadas con ella.
5- Aceptación de la
responsabilidad de crear la realidad propia y de no ser víctima de ella.
6- La capacidad de imaginar una alternativa sana
e ilimitada a la creencia.
7- Un método para liberar la
antigua creencia.
El método que uso para despejar ‘creencias’ es bien simple. Tras
identificar una creencia que se quiera despejar, tal como «No tengo el
atractivo suficiente para que alguien me ame», se cierran los ojos y se
visualiza una imagen o un símbolo que represente la creencia. Por ejemplo, uno
se ve a sí mismo mirándose en un espejo de mano, y el cristal se rompe en
reacción a la imagen. Luego se retiene la imagen de uno mirando al espejo roto
en el ojo de la mente mientras se piensa en la creencia y el cuerpo
respira profundamente para descubrir dónde se contrae y qué emociones se
sienten. Puede resultar que el pecho esté un poco hundido y el chakra del
corazón constreñido por la angustia y la vergüenza. Puede que la cabeza esté
bloqueada, los ojos tensos y el recto y la parte inferior de la espalda
contraídos. Después se respira hacia esas áreas de una en una hablando con
ellas y diciéndoles que la imagen rota en el espejo y la idea de no tener
atractivo suficiente para ser amado son falsas; no son más que reacciones a una
creencia. Luego se le dice al cuerpo que se relaje y se libere de la
contracción y las emociones. Cuando el cuerpo se empiece a relajar y las
emociones se suavicen, visualiza la imagen o símbolo como una fotografía.
Márcala varias veces con fuerza con un tampón de tinta roja que diga «¡CANCELADO!». Luego rómpela y quémala
en fuego violeta hasta que desaparezca. La llama de color violeta transmuta la
energía hacia una frecuencia vibratoria superior o la ilumina. Si aún sientes
una carga o contracción, busca otra imagen para la creencia y repite los pasos.
Ahora que tienes una
idea de lo que es una creencia y de lo que hace falta para despejarla.
Intenta lo siguiente:
1. Hay una creencia o mentira que corre por el
planeta que dice: «Si naces, debes morir». Esta creencia extendida niega toda
posibilidad de ascensión y evolución espirituales desde la tercera a la cuarta
dimensión. En este ejercicio la utilizarás como creencia a cancelar.
2. Cierra los ojos, conéctate a la tierra,
extiende el aura y comprueba los colores y las rosas de los límites.
3. Opcional: Haz fluir las energías doradas
cósmicas y terrestres para lograr una liberación más profunda si quieres
emplear tiempo en ello, pero no es crucial.
4. Pide en tu interior una imagen o símbolo
que represente la creencia, «Si naces, debes morir». Vale cualquier imagen que
te venga a la cabeza. Puede ser un ataúd, una calavera y dos huesos cruzados,
la escena de tu propio funeral o cualquier cosa que se te ocurra.
5. Mientras retienes la imagen, piensa en la creencia unas cuantas veces
mientras respiras profundamente y observas dónde reacciona el cuerpo y cómo
reaccionan tus emociones a la creencia. Tus reacciones pueden variar de lo muy
leve a lo muy intenso.
6. Tras identificar las áreas del cuerpo y/o
las emociones, habla con tus cuerpos físico y emocional. Haz que acepten la
respiración profunda y se liberen de la tenaza y la contracción. Diles que se
debe a una mentira, una falsa creencia de la que estás dispuesto a liberarte.
7. Cuando el cuerpo y las emociones se
relajen, imagina una fotografía del símbolo de la creencia.
8. Utiliza un tampón de tinta roja que diga, «¡CANCELADO!» y marca con fuerza la
fotografía del símbolo de la creencia cuantas veces necesites para que sientas
que ha quedado cancelado en tu mente consciente y en tu subconsciente.
9. Ahora rompe la fotografía cancelada en dos
o cuatro pedazos y quémalos con fuego violeta hasta que desaparezcan del
todo.
10. Si aún sientes una carga
procedente de esta creencia, repite el proceso con imágenes o símbolos nuevos
hasta que te sientas despejado. Si es una creencia nuclear (que tiene mucha
carga) puede que necesites repetir este proceso varios días e incluso semanas
hasta que notes que ha desaparecido. Esto se debe a la disposición en capas, o
efecto cebolla, de tu naturaleza holográfica.
11. Piensa en una afirmación
que reemplace a estas creencias tal como: «Estoy preparado para trascender a la
muerte y ascender en esta vida» o «la ascensión es el paso evolutivo final de
los seres humanos». Utiliza una propia si lo prefieres. Dila en silencio o en
voz alta unas cuantas veces hasta que el cuerpo reaccione a la afirmación relajándose,
sintiéndose más libre y ligero o más expandido y lleno de luz.
12. Abre los ojos.
13. Vuelve al paso ‘1’.
Esta vez piensa en una creencia que sepas que te limita la vida o las
relaciones con los demás, con Dios/Diosa o contigo mismo. Formúlala en una
frase. Luego repite los pasos precedentes para despejar la creencia.
Los ‘juicios’ se despejan del mismo modo que las creencias.
La única diferencia es la naturaleza y la fuente de la energía que se despeja.
Ahora me gustaría describir la diferencia entre juicio, opinión, preferencia y
discernimiento. Parece haber mucha confusión y controversia sobre estas áreas
entre los buscadores espirituales de hoy.
Un juicio es la proyección
de un pensamiento hacia o sobre otra persona o uno mismo que niega el valor de
la esencia de la persona. Identifica a la otra persona o a uno mismo con algo
que no gusta y de lo que se cree que no tiene valor. Por ejemplo, si dices o
piensas: «Es un imbécil y un cabezota», identificas a la persona con aquello
que le has llamado. Ignoras el valor de la esencia de esa persona y etiquetas a
la persona toda basándote en su actitud o comportamiento. Esto es un juicio.
De otro modo, si dices o
piensas: «Me siento de verdad inseguro y frustrado y me enfado cuando es así
de cabezota y no me gusta», expresas tus sentimientos y estableces una opinión
sobre lo que percibes en el comportamiento de la persona. Si también dices o
piensas: «No me siento seguro ni respetado por esta persona y he decidido no
pasar más tiempo con ella», indicas una preferencia basada en una experiencia
vital. Esto es usar el discernimiento.
Recuerda: Eres responsable
espiritualmente de no juzgarte a ti mismo ni a otros en ningún caso. Cada
espíritu o alma realiza su propio viaje evolutivo y no tienes derecho a
condenarlos, juzgarlos y así negarles o negarte a ti mismo el propio valor
inherente. Sin embargo, a la vez eres responsable de hacer elecciones basadas
en el discernimiento, cuidar de ti mismo y no ser una víctima. Si sabes que
alguien ha venido comportándose de una manera poco fiable, poco respetuosa o
dañina, debes usar el discernimiento y elegir qué grado de relación es
apropiado que mantengáis. Esto no es negar la capacidad de crecer de la otra
persona, sino elegir mientras tanto cómo precisas o prefieres relacionarte con
ella.
Una vez, mientras meditaba
junto a una piscina termal en California hace unos nueve años, un hombre entró
dando gritos y haciendo aspavientos. Con los ojos cerrados empecé a quejarme en silencio
pensando por qué dejaban entrar en la piscina a personas tan molestas y poco
espirituales. ¿Por qué no limitar el acceso a personas sensibles y
espiritualmente apropiadas como yo? Cuanto más molesto y ruidoso era su
comportamiento, yo reaccionaba con juicios cada vez más arrogantes. Después sentí
clariauditivamente la voz de un hombre que decía: «¡Si lo juzgas, en eso te
convertirás!» No hace falta decir que reaccioné con humildad a esta frase.
Respondí en silencio: «Ayúdame a verle de otro modo. ¿Qué debo hacer?»
El Hermano Blanco que me
hablaba me lo explicó así: «Imagina un círculo de 360 grados. Cada aspecto de
tu carácter, identificación de personalidad y comportamiento sufre un proceso
evolutivo que empieza en el grado cero y termina en los 360 grados. Por
ejemplo, en el área de la sensibilidad hacia otros y hacia el entorno, ahora
estás en el grado 280 y el hombre al que juzgas tan mal estará en el grado 40.
Y sin embargo, lo único que crea la ilusión de diferencia entre vosotros dos es
que vuestra conciencia está basada en una realidad de tiempo y espacio. En un
nivel de ser y de espíritu fuera del tiempo y el espacio, ambos ocupáis los 360
grados simultáneamente, lo que os convierte en iguales. Lo más probable es que
no lleguéis a tener una amistad aquí en la Tierra en el tiempo y el espacio
porque en esta vida vuestros niveles evolutivos son incompatibles. Pero debes
verlo como a un auténtico igual y reconocer su valor espiritual aunque decidas
con tu discernimiento no pasar tiempo con él».
Agradecí de verdad al
Hermano con lágrimas en los ojos una
lección que tanta falta me hacía. Creo que nunca olvidaré esa lección, aunque a
veces aún me veo con necesidad de aplicarla.
Básicamente, debes decidir
con discernimiento con quién te asocias íntimamente y con qué grado de intimidad.
Desde un punto de vista vibratorio, resuenas con algunas personas y con otras
no tienes nada que ver. Es natural tener preferencias basadas en la resonancia
y la compatibilidad. Es importante darse cuenta de que el nivel evolutivo de
compatibilidad puede ser muy distinto de la atracción que sientas por el alma
de alguien. Ese alguien te puede atraer por el alma y mediante el magnetismo
kármico para después descubrir que la vida diaria con esa persona es dolorosa,
desagradable o incompatible en el mejor de los casos.
Un compañero sentimental
mío me acusó una vez de culparlo, juzgarlo y no tratarlo como igual porque le
decía que nunca cumplía las promesas que me hacía y le daba ejemplos
específicos de ello. También le explicaba que este comportamiento particular suyo
me dolía. Cada vez que me mostraba dolida o quería hablar de algo que no
funcionaba en la relación, recibía de él el mismo mensaje y yo reaccionaba
llorando, sintiéndome culpable y esforzándome de verdad por comprender y amar
mejor. Pero también seguía pensando de mí misma que no actuaba de modo
correcto.
Un día, después de haberse
repetido esta situación, el Arcángel Miguel me dijo suavemente: «Amorah, al negarte amor y hacerte
acusaciones que te hacen sentir culpable y te avergüenzan, te manipula y te
controla. Si ves que algo no funciona, tienes derecho a señalarlo. Cuando una
persona te trata mal, tienes la responsabilidad de defenderte y de no permitir
que continúe. Contestar de esa manera no es culpar, es usar el discernimiento.
Puede que sepas que él es un igual en el nivel del alma, pero en el trato
personal diario es un chiquillo rebelde y torturador la mayor parte del tiempo,
mientras que tú eres una mujer adulta. No estáis en el mismo nivel de
crecimiento y madurez aquí en la Tierra. Es importante que reconozcas eso sin
culpa y dejes de avergonzarte de señalarle sus actos y sus actitudes».
Lecciones como ésta son
increíblemente valiosas para el viaje espiritual. A la hora de elegir sensata y
amorosamente a compañeros y amigos, no sólo debes tener en cuenta tu conexión
con el alma de otras personas y su plan espiritual. También debes examinar sus
acciones diarias y su comportamiento ante las situaciones de la vida. Si no
ponen en práctica diariamente lo que representan sus ideales espirituales, no
pueden o no quieren mantener sus promesas ni tratarte con respeto e integridad,
debes utilizar el discernimiento y elegir la naturaleza de las relaciones que
quieras o no mantener con ellos.
Ahora que he expuesto lo
que es un juicio, un discernimiento, una preferencia y una opinión, estás
preparado para despejar un juicio. Piensa en alguien de quien tengas un juicio.
Piensa en ese juicio. Luego vuelve al proceso para despejar una creencia y
sigue los mismos pasos para despejar el juicio. En el paso 12 afirma:
«Reconozco que ________ (nombre de la persona) es un espíritu de luz santo y
divino cuya vida tiene valor». Aún puedes decidir no tener nada que ver con esa
persona, estás en tu derecho.
Ahora repite los mismos
pasos dados para despejar una creencia, pero esta vez despeja un juicio sobre
ti mismo. Crea tu propia afirmación en el paso 12 similar a la que has
utilizado para liberar el juicio sobre otra persona. Cuando te sorprendas a ti
mismo juzgando a alguien, incluso a ti mismo, párate inmediatamente y di:
«Ordeno que este pensamiento quede cancelado». Luego coloca tu verdad superior
en su sitio. Si el planeta entero hiciera esto, todos tendríamos paz.
Las «imágenes
perfectas» también se pueden despejar con el mismo proceso utilizado para
despejar creencias y juicios. Se crean imágenes perfectas cuando se toma
un ideal o una meta relacionados con algo que se quiere o no se quiere ser y se
convierte en un fin absoluto. Generalmente, cuando no estás a la altura del
ideal o la meta, te desprecias a ti mismo. Por ejemplo, puedes tener el ideal
espiritual de ser compasivo y comprensivo. Sin embargo, si te culpas y te
avergüenzas de cualquier defecto a superar con el fin de llegar a ser
compasivo y comprensivo, puede que nunca lo consigas. Cuando te enfadas o
emites juicios en lugar de ser compasivo y comprensivo, puedes sentir tal
sensación de fracaso que te deprimes, te avergüenzas, y te castigas. La actitud
más apropiada sería tomar conciencia de la actitud o comportamiento imperfectos
e intentar transformarlos sin recurrir a la formulación de juicios.
Una vez fui a una sesión
de lectura y sanación con mi maestra porque me sentía deprimida y pensaba en el
suicidio. Sabía que no me iba a suicidar, pero las emociones negativas me
abrumaban. Cuando entró en trance, me dijo: «No me extraña que pienses en el
suicidio. Tienes tantas imágenes perfectas de ti procedentes de ti misma y de
otras personas encendidas en cada chakra, que has decidido que nunca estarás a
su altura y te has rendido». Dedicamos la hora y media a identificar imágenes
perfectas y a despejar las que venían de otras personas. También recibí una
lista de imágenes perfectas creadas por mí para despejar en casa. Aquel día
salí de casa de mi maestra riendo, sintiéndome feliz de nuevo.
Piensa en áreas de tu vida
en las que te sientas fuera de lugar, avergonzado o fracasado. Luego identifica
las imágenes perfectas que representen quién crees que debes ser. Mediante el
proceso mencionado para despejar creencias y juicios despeja esas imágenes
perfectas. En el paso 12 crea una afirmación tal como: «Soy una persona compasiva
y comprensiva que está madurando. Me amo y me acepto exactamente como soy
ahora». Si descubres imágenes perfectas con origen en otras personas, puedes
eliminarlas con rosas.
Para despejar “formas
de pensamiento” recurre a la misma técnica utilizada para creencias,
juicios e imágenes perfectas. La única diferencia es que una forma de
pensamiento es una estructura compuesta a partir de muchas imágenes pasadas y/o
presentes, creencias, juicios y/o imágenes perfectas alrededor de un tema
central. Cuando percibo estas formas de pensamiento extrasensorialmente, me
recuerdan a una madeja en la que se enrollan pensamientos, creencias y/o
imágenes altamente cargadas procedentes de experiencias de la vida alrededor de
un tema común. Se unen unas a otras y se enrollan como la cinta de vídeo en la
bobina. Una forma de pensamiento tiene la capacidad de cargarse tanto que llega
a convertirse en lo que llamo un «ente de pensamiento». Este tipo de ente va
controlando aspectos de la propia vida e inhibe el crecimiento.
Trabajé con un cliente que
tenía una forma de pensamiento de esta magnitud que le hacía creer que si no
controlaba a las mujeres se moriría. Por supuesto, estaba a merced de su propia
creación y vivía con temor al vacío y se resistía a intimar. Este pensamiento
se componía de muchas creencias y juicios. Algunos aparecen en esta lista, que
dará alguna idea de cómo se genera una forma de pensamiento. Eran:
1. Si no puedo
extraer y utilizar el amor y la luz de una mujer, moriré porque yo no tengo ni
lo uno ni lo otro.
2. Soy incapaz de salvarme
a mí mismo.
3. Cualquier cosa que
tenga que hacer para salvarme está justificada, aunque lastime o empobrezca a
otros.
4. Sólo podré ser
feliz teniendo el control sobre la sexualidad de una mujer haciendo que me
desee y luego negándome a ella.
5. Debo hacer que la
mujer se sienta fuera de lugar, no deseada, e incompleta para que me necesite.
6. El único poder que
satisface es el poder absoluto. 7. Debo ocultar quién soy en realidad a
cualquier precio y ser astuto y manipulador para cubrir mis necesidades.
8. Si utilizo la
autocompasión para que la mujer me tenga lástima e intente salvarme, será mía.
9. Nadie hará que me
rinda. Soy más poderoso que el amor y lo demostraré.
La imagen nuclear y
primigenia que inició la forma de pensamiento procedía de una vida pasada en la
que este hombre fue herido por una esposa, a la que amaba profundamente, que
huyó con otro hombre. En ese momento juró no volver a permitirse amar o confiar
en nadie. También juró castigar a cuantas mujeres pudiera por lo que aquélla
le había hecho. Después se convenció de que el odio era más fuerte y más
poderoso que el amor y que a partir de entonces se decantaría por el odio.
Estos juramentos,
fruto de la ira, el dolor y la venganza, le acompañaron a través de muchas
vidas, creando una forma de pensamiento que crecía cada vez más con cada vida.
Para cuando lo conocí, esta forma de pensamiento controlaba por completo la
parte inferior de su cuerpo, igual que sucede en casos de posesión por parte de
un ser demoníaco. La forma de pensamiento tenía voz y voluntad propias y era
más grande que el yo de luz de este hombre y «aún más feo», como quien dice.
Aunque cueste creerlo, la
forma de pensamiento era aún más complicada, pero creo que con esto es
suficiente. Por suerte, no hay muchas formas de pensamiento que crezcan hasta
alcanzar tales proporciones, pero debes saber hasta qué punto pueden llegar si
no se las trata a tiempo.
No puedo decirte en
realidad cómo identificar estas formas de pensamientos en ti mismo a no ser que
seas clarividente o clariauditivo y los veas, o recibas mensajes sobre ellos.
Pero a medida que crezcas y progreses, sea a través de guías, sueños o
percepciones repentinas, puede que en algún momento te des cuenta de que una
forma de pensamiento controla algún aspecto de tu vida. Si eso ocurre, utiliza
el procedimiento para despejar creencias dado previamente en esta sección y despeja
las imágenes y creencias que componen la forma de pensamiento de una en una
hasta que hayan desaparecido. Si sueles recordar tus sueños, pide antes de ir
a la cama que el tema del último sueño de la noche sea una forma de pensamiento
que necesites despejar. Cuando despiertes y recuerdes el sueño, entra en estado
de meditación y pide ver o escuchar cuáles son sus componentes. A partir de
aquí ya puedes aplicar el proceso para despejar creencias dado anteriormente.
Acuerdos (o
contratos) psíquicos
En la vida diaria siempre
se establecen acuerdos o contratos psíquicos con los demás. Algunos se
corresponden con acuerdos conscientes, tales como una cita para comer o quedar
con el compañero de piso en que uno hará la colada si el otro prepara la cena.
Cuando la actividad finaliza, el contrato se disuelve y no quedan lazos. Sin
embargo, hay muchos tipos de contratos totalmente inconscientes o
subconscientes que se establecen con los demás. Por ejemplo, puedes tener un
amigo con una inclinación fuerte a culpar a los demás. Tú, por otro lado,
puedes temer llevar la contraria a alguien por miedo a que se enfade contigo y
pierdas su amistad. De modo que este amigo y tú habéis creado un acuerdo
inconsciente: Siempre te pondrás de su lado contra los demás en cualquier
caso, y tu amigo nunca se enfadará contigo.
Este tipo de contrato es
muy codependiente. Ayudas a este amigo a persistir en su actitud acusadora y
negativa y él hace que no pierdas el miedo a la ira y al rechazo. Ninguno de
los dos tiene mucha libertad para crecer y evolucionar en estas áreas de la
vida. Por lo tanto, cuando descubras e incluso sospeches tener contratos poco
sanos con otros, es importante despejarlos.
Algunos contratos deben
liberarse porque usurpan el libre albedrío de modo inapropiado. Por ejemplo, he
tenido numerosos clientes que tras el final de una relación no pueden
olvidarla del todo y aceptar nuevas relaciones en su vida. A menudo me
encuentro con clientes que han establecido contratos como: «Si cambias,
volveré contigo» o «te esperaré siempre» o bien «no me permitiré tener otra
relación porque te abandoné y eso te provocó mucho dolor y enfado». También me
he encontrado con contratos entre ex amantes, comprometiéndose a tener hijos
juntos aunque no pretendan reanudar su relación. Estos tipos de acuerdos
paralizan literalmente el área vital en particular que controlan; no dejan
cambiar de idea, olvidar o hacer lo preciso para seguir adelante.
Si tiendes a absorber las
emociones y los problemas de los demás, probablemente te ocurrió eso con tu
padre, tu madre o con ambos cuando eras pequeño. Muchas familias tienen al
menos un miembro que actúa de vertedero emocional para los padres y/o los otros
hijos. Los contratos que regulan esto contienen variaciones específicas, pero
tienen similitudes. Siguen unos ejemplos:
1. Absorbes el miedo
de tu madre para que sea más capaz de atender tus necesidades físicas.
2. Absorbes la ira
entre tus padres para que no se hagan daño o te lo hagan, pero a ti no se te
permite expresar ira.
3. Al ser el hijo
mayor, te ocupas de las necesidades físicas y emocionales de los más pequeños
poniendo tus propias necesidades en último lugar.
4. Como tu madre ha
dejado de atender y relacionarse sexualmente con tu padre, te conviertes en su
esposa sustituta, absorbiendo su exceso de emociones y energías sexuales y
permitiéndole tomar energía de tu segundo chakra cuantas veces lo precise.
5. Tu madre te puede
absorber la fuerza vital siempre que quiera porque te dio la vida y, por lo
tanto, se lo debes.
6. Te sientes
culpable de ser una carga para tu madre o tu padre, así que te aprestas a
absorber sus emociones y su dolor y a darles tu energía.
Esta lista no
pretende presentar a nadie como mala persona; pretende hacerte caer en la
cuenta de la naturaleza de los acuerdos psíquicos en una sociedad que tiende
hacia la represión emocional, la codependencia y la negación. Siguen otros
ejemplos corrientes de acuerdos:
1. Los miembros de la
familia no reconocen el problema del padre o la madre con la bebida, su
comportamiento violento, su mal genio, sus problemas económicos o cualquier
otra cosa de la que se avergüence la familia.
2. Absorbes el miedo
de otra persona para demostrar que no la vas a herir como otros hicieron en el
pasado.
3. Cambias sexo por sostén
económico.
4. Nunca discrepas
con el jefe para que no te despida. 5. No te casarás hasta que muera tu madre
ni vivirás lejos de ella. Así siempre estarás a mano si ella te necesita o está
sola.
La lista podría
continuar indefinidamente. Al menos ya tienes una idea de la naturaleza de los
contratos personales. También hay contratos sociales y planetarios.
Ejemplos
de contratos sociales son:
1. Los que vivimos en
la zona este de la ciudad no tenemos nada que ver con las otras razas, o seres
inferiores en general, de la zona norte, y estamos de acuerdo en que los de la
parte oeste son esnobs.
2. Los miembros de
nuestro grupo social no llevan colores chillones.
3. Apoyamos el
victimismo de cada uno jugando al «pobre de mi» y estando de acuerdo en que no
tenemos una oportunidad en este mundo. «Desdicha en compañía» es otro modo de
decirlo.
4. Sólo nos
relacionaremos con miembros de nuestra Iglesia porque somos las únicas buenas
personas de la ciudad.
Algunos de los
contratos planetarios que he encontrado y despejado en mí misma y/o en
clientes son:
1. Estamos de acuerdo
en que todos en este planeta deben estar bajo el mando de, y responder a, un
gobierno organizado. Si ese gobierno cuenta con entes oscuros que controlan y
poseen a su jefe, debemos someternos también a ellos.
2. Somos los únicos
seres vivos que existen, no hay vida más allá de la Tierra.
3. Las mujeres se
mantendrán oprimidas mediante la mentira de Adán y Eva de que la mujer trajo la
oscuridad sobre el planeta.
Hay más, muchos más.
Puede que al menos un ejemplo de contrato tenga en ti resonancias personales y
puede que te hayan dado ideas sobre algunos no mencionados. Puedes despejar
estos acuerdos con el proceso siguiente. Empieza con uno de los contratos
planetarios antes mencionados y luego formula uno propio.
1. Cierra los ojos, conéctate a la tierra,
extiende el aura y comprueba las rosas y los colores de los límites.
2. Opcional: Haz fluir las energías cósmicas doradas y terrestres y ponlas
en Automático.
3. Visualiza un documento legal en cuya parte superior figure la palabra «CONTRATO».
4. En la parte inferior del contrato, a un lado, verás tu propio nombre.
5. En el lado opuesto verás el nombre de la
persona o grupo con quien has establecido el acuerdo. La primera vez que des
estos pasos verás «los ciudadanos del planeta Tierra» en el lado opuesto al de
tu nombre.
6. Ahora debes decirte de qué trata el contrato o visualizar las palabras
del contrato si lo prefieres. La primera vez imagina que el contrato dice:
«Los seres humanos de este planeta deben estar bajo el dominio de un gobierno
oficial y de los entes que controlan el gobierno».
7. Escribe «ANULADO»
sobre el contrato de
tu puño y letra, en letras grandes y rojas.
8. Rompe el contrato en dos y quémalo en un fuego de color normal.
9. Repite el proceso a partir del paso 3, esta vez usando un contrato que
tengas con una persona o grupo.
10. Cuando termines, abre los ojos.
Ahora me gustaría
exponerte un proceso para despejar tu sistema de chakras de todo contrato
inadecuado con personas importantes de tu vida. Tratarás de despejar sólo esos
contratos que no sirvan a tu bien superior y sobre los cuales no precises saber
para aprender y crecer.
El ejemplo siguiente te ayudará
a despejar contratos con tu madre:
1. Cierra los ojos, conéctate a la tierra y
comprueba el tamaño del aura y los colores del límite.
2. Haz fluir energías doradas, cósmicas y
terrestres y ponlas en Automático. Este paso no es opcional esta vez.
3. Centra la atención en hacer fluir las
energías doradas cósmicas y terrestres a través del chakra de la coronilla.
Extiende las manos hacia delante y convoca los contratos inapropiados con tu
madre o figuras maternas que existan en este chakra y que deban ser consumidos.
4. Cuando notes los contratos en las manos o
imagines que están allí, rómpelos en dos y quémalos en un fuego de aspecto
normal.
5. Haz fluir la mezcla de energías a través
del sexto chakra o tercer ojo. Convoca los contratos con tu madre que estén
preparados para ser liberados de este chakra.
6. Rómpelos en dos y quémalos.
7. Haz fluir las energías doradas cósmicas y
terrestres a través del quinto chakra o de la garganta. Convoca los contratos
con tu madre de este chakra, rómpelos en dos y quémalos.
8. Haz fluir la fusión de energía a través del
cuarto chakra o del corazón. Ahora rompe y quema los contratos con tu madre en
este chakra.
9. Haz fluir la fusión de energías a través
del tercer chakra o del plexo solar. Rompe y consume los contratos con tu madre
de este chakra.
10. Haz fluir la fusión de
energías a través del segundo chakra o chakra sacro. Rompe y quema los
contratos con tu madre que estén contenidos en este chakra.
11. Finalmente, haz fluir la fusión de energías a través del primer chakra
en la base de la columna. Convoca los acuerdos con tu madre de este chakra,
rómpelos y quémalos.
12. Haz fluir la energía a
través de la ruta espinal y de los brazos durante al menos dos minutos más para
facilitar el despejamiento en curso. Si sientes emociones durante este
proceso, sigue haciendo fluir energía, respira profundamente y déjate expresar
los sentimientos en el modo que precises hasta que queden liberados. Si un
chakra está tenso o dolorido, irrígalo con la fusión de energía cósmica
dorada/terrestre mientras inspiras y espiras a través de la zona hasta que se
relaje y las emociones hayan cesado.
13. Vuelve a conectarte a la
tierra si hace falta. Abre los ojos.
14. Inclínate y descarga.
Se recomienda que
esperes de unos días a una semana antes de acometer el proceso de despejar los
contratos con tu padre, hermanos, ex amantes, cónyuges o cualquier otro que
consideres apropiado.
Retirada de
cordones
Los cordones psíquicos son
formas condensadas de energía en forma de ‘tubo’ con las que enlazas o
intercambias energía con otra persona. Existen usos sanos y poco sanos de los
cordones. Daré tres ejemplos de cordones sanos. Primero, cuando nace un niño,
cuenta en teoría con cordones en los chakras del corazón y de la raíz que lo
unen con su madre. Los cordones del chakra del corazón permiten al niño unirse
con el alma de su madre. Los cordones del chakra de la raíz hacen que el niño
se sienta conectado y seguro. Para cuando el niño tiene entre cinco y siete
años, es bueno que disuelva estos cordones generando así más autonomía y
autoconfianza.
El segundo ejemplo de
cordones sanos está en las relaciones sexuales. Los amantes suelen tener
cordones uniendo los chakras del corazón y sacros para el intercambio de amor
y energía sexual y para el enlace de las almas.
Los del tercer
ejemplo son generalmente más breves. Hay momentos con amigos o seres queridos
durante los cuales decidimos compartir amor a través de cordones que unan los
chakras del corazón. Sin embargo, en otros momentos, la mayoría de estos
cordones no son necesarios para relacionarse con estas personas porque pueden
crear codependencia y fusión excesiva.
Una buena alternativa
a los cordones es permitir la fusión o superposición de tu aura con el aura de
la persona con quien desees tener una conexión más íntima. Así, al separaros
no es tan probable que se queden sus imágenes o emociones en tus chakras y tu
aura ni que las tuyas se queden en los suyos. Aprender a retirar cordones te
permite elegir el nivel de conexión que desees.
Los cordones poco
sanos pueden: extraer tu energía; obligar a tu cuerpo a procesar el dolor, las
imágenes o las emociones de otras personas; controlarte de varias maneras, por
ejemplo, a través de la culpa o de mensajes subconscientes, intimidación o
imágenes de temor a perder algo; crearte exceso de dependencia de otras
personas, o a ellas de ti; usurpar tu libre albedrío; hacer que se estanquen
en ti imágenes antiguas tales como la baja autoestima o tener que ganarse el
amor a través del sacrificio…-. Las variaciones son interminables como el
número de personas y de problemas y descompensaciones individuales.
Puedes haber recibido o dado
cordones sin ser consciente de ello. Así es en la mayoría de los casos. Por suerte, una vez que
despejes los cordones, empezarás a sentir si llegan otros nuevos, con lo que
será más fácil detectarlos y decidir qué hacer con ellos. Si sientes que la
energía se te escapa en presencia de tu padre, de tu madre o de cualquier otra
persona, o sientes sus emociones en tu interior, es una buena señal de que
tienes un cordón poco sano con esa persona.
Los cordones se
retiran muy suavemente para provocar la mínima reacción posible en la otra
persona y para eliminar la posibilidad de dañar algún chakra. Tirar bruscamente
de un cordón puede, en algunos casos, crear cicatrices o arañazos en el cuerpo
etérico. También puede hacer que la otra persona contraataque psíquicamente.
Por lo tanto, para retirar un cordón tira siempre de él con suavidad hasta
arrancarlo totalmente, un poco cada vez, allá donde esté unido a tu cuerpo.
Luego coloca una rosa en el extremo del cordón que has retirado. Empuja
suavemente la rosa con el cordón hasta el exterior del aura y hazla estallar fuera
del aura. Llena el hueco de tu aura con luz dorada para sellarla y crear un
entorno que favorezca la autosanación. (Estos
pasos se muestran en ilustraciones en ‘el libro’, pero siguiendo los pasos
explicados aquí se pueden realizar perfectamente, con el auxilio de la
imaginación.)
Antes de retirar un cordón haz fluir energía dorada
a través del canal de la columna y los brazos. Imaginarás la energía dorada
penetrando por el chakra de la coronilla hasta el chakra de la garganta, y
luego verás bajar la energía por los hombros hasta los brazos y desembocar en
los chakras de las palmas de las manos. Este flujo de energía hará que sientas
el cordón más fácilmente.
Tras unos segundos, (minutos
para cordones duraderos), dejarás de ver el color oro en la parte del aura que
llenaste tras retirar el cordón. El hueco se llenará de tu propia energía y
recuperará su apariencia normal.
El
siguiente es un proceso paso a paso para encontrar y retirar cordones:
1. Cierra los ojos, conéctate a la tierra,
extiende el aura, comprueba las rosas y los colores de los límites y haz
cualquier ajuste preciso.
2. Imagina un sol dorado sobre la cabeza y
dirige la luz dorada hacia los canales sanadores: debes verla fluir desde el
chakra de la coronilla hasta la parte superior del chakra de la garganta, luego
atravesará los canales pequeños que bajan por la parte superior de los hombros
y los brazos y finalmente desembocan en los chakras de las palmas. Usa la luz
dorada, la visualización y la respiración para abrir los canales sanadores e
irrigarlos durante unos treinta segundos antes de continuar. Sentirás la energía
que sale a través de las palmas.
3. Mueve muy despacio cualquiera de las manos por el aura, siempre cerca de
la parte delantera del cuerpo. Empieza en la cabeza y la cara, luego sigue por
el pecho, plexo solar y sigue más abajo hasta que la mano quede delante de la
entrepierna. Mueve la mano despacio para que sientas los cambios leves del
campo de energía. Si es demasiado leve para ti, practica primero con alguien y
luego pruébalo en ti.
Procura sentir al tacto
los lugares donde la energía sea más intensa y concentrada. Puede que sientas
una «vibración» o un «cosquilleo» al tocar los cordones. O bien puedes
sentirlos gruesos y pesados, o más duros y sólidos que el resto del aura.
Cuando encuentres algo, mueve la mano despacio hacia la parte delantera del
aura. Si la sensación desaparece a poca distancia de aquel punto, significa
que la energía no es un cordón. En ese caso utiliza rosas para recoger la
energía densa y retirarla del aura. Percibirás un cordón si puedes seguirlo
hasta el límite del aura. De modo que, si lo que sientes tiene límites bien
definidos y se extiende más allá del alcance de la mano, lo más probable es que
sea un cordón.
4. Cuando localices un cordón, intentarás identificar a la persona con
quien te conecta. A veces, la identidad es evidente por el tacto del cordón. Si
no lo es, puedes usar un pequeño truco. Pronuncia en voz alta el nombre de la
persona con quien crees tener el cordón mientras lo sostienes en la mano. Si
has acertado, el cordón responderá al nombre alterándose de algún modo:
vibrando, haciéndose más fuerte o calentándose, por ejemplo. Si no cambia, di
más nombres hasta encontrar el adecuado. Puede ser incluso alguien a quien no
has visto o con quien no has hablado en algún un tiempo. He despejado cordones
míos y de mis clientes procedentes de padres o ex cónyuges a los que no habían
visto o con quienes no habían hablado durante años.
5. Ahora que has identificado el cordón que
deseas retirar, lleva las manos al lugar del cuerpo donde el cordón se
conecta. Sin dejar de hacer fluir la luz dorada cósmica a través de las palmas,
tira suavemente del cordón empezando por los bordes, un poco cada vez, hasta
que se separe del cuerpo.
6. Coloca una rosa en el extremo del cordón que acabas de separar del
cuerpo y empújala hacia el exterior del aura. Haz estallar la rosa con el
cordón.
7. Llena el hueco dejado por el cordón desde tu cuerpo hasta el límite del
aura con la luz dorada que fluye a través de las palmas o desde un pequeño sol
en el exterior del aura.
8. Ahora intenta retirar un cordón de otro modo. Primero visualiza una
pantalla de cine en el exterior del aura.
9. Toca la pantalla con las dos manos para despejarla con la energía dorada
sanadora.
10. Debes ver en la pantalla tu propia imagen vuelta de espaldas.
11. Toma una bola de luz púrpura y lánzala a tu imagen vuelta de espaldas en
la pantalla. Haz que la energía púrpura permanezca allí e ilumine cualquier
cordón que deba retirarse de la espalda. (Yo retiro todos los cordones que
tenga en la espalda, pues tienden a estar más escondidos, a hundirse más en el
subconsciente y a ejercer más control que los cordones de la parte delantera.)
12. Tras localizar un cordón repite los pasos 4 a 7 para retirarlo. Siente el
cordón y llena el hueco en la pantalla en lugar de en tu propia aura. Vuelve al
paso 13 cuando completes el paso 7.
13. Cuando haya terminado la sesión de retirada de cordones, pon la pantalla
en una rosa y hazla estallar.
14. Sella el aura con el color que utilices.
15. Vuelve a conectarte a la
tierra si es preciso.
16. Abre los ojos.
Si encuentras que un
cordón insiste en volver al mismo punto o si vuelve a surgir tan pronto como
intentes expulsarlo del aura, quiere decir que mantienes una creencia sobre la
persona con quien estás conectado o un contrato con ella. Es bien fácil
identificar esta creencia o contrato si sientes la energía e identificas a la
persona. Después, despeja la creencia o el contrato como se ha descrito antes
en este capítulo y vuelve a retirar el cordón. No debe volver. Si la persona
sigue siendo muy persistente a nivel psíquico, coloca una rosa en el exterior
del aura con su rostro y una señal de «no pasar». Reemplaza diariamente esta
rosa hasta que creas no necesitarla.
Usa las técnicas de
despejamiento y autosanación de este capítulo tan a menudo como creas oportuno.